En España existen siete palacios gestionados por Patrimonio Nacional que el organismo público pone al servicio de los ciudadanos: Palacio Real de Madrid, Palacio Real de Aranjuez, Palacio Real de La Granja de San Ildefonso, Palacio real de La Almudaina, Palacio Real de El Pardo, Palacio Real de Riofrío y el Cuarto Alto de los Reales Alcázares de Sevilla.
TEXTO: JAVIER VARELA
España es un país de palacios. Muchos son los que llenan la geografía española y que cuentan con una historia detrás de batallas, amores, tradiciones y duelos reales. Muchos de estos palacios son gestionados en la actualidad por Patrimonio Nacional, el organismo público responsable de los bienes de titularidad del Estado que proceden del legado de la Corona española.
Patrimonio Nacional se estableció por ley en 1982, es heredero del Patrimonio de la Corona y entre sus funciones está la puesta a disposición de los ciudadanos de este riquísimo patrimonio histórico-artístico, de valor incalculable, para su uso con fines culturales, científicos y docentes. Los palacios que gestiona son el Palacio Real de Madrid, Palacio Real de Aranjuez, Palacio Real de La Granja de San Ildefonso, Palacio real de La Almudaina, Palacio Real de El Pardo, Palacio Real de Riofrío y el Cuarto Alto de los Reales Alcázares de Sevilla.
Palacio Real de Madrid
El Palacio Real fue construido sobre el solar del antiguo Alcázar de Madrid, que fue destruido por un incendio en la Nochebuena de 1734. Felipe V fue el que inició la construcción con el arquitecto Filippo Juvarra, que fue sustituido a su muerte por su discípulo Giambattista Sacchetti. La primera piedra se puso en 1738 y no se acabó hasta 1751, aunque hasta 1759 prosiguieron los trabajos en el exterior y el entorno. Carlos III fue el primer monarca que habitó en el Palacio Real en 1764, aunque tanto él como posteriormente Carlos IV vivían sólo ocho semanas al año: diciembre, Semana Santa y parte de julio.
De la época de Carlos III destacan el cuarto del rey Carlos III, el Salón del Trono y la Cámara llamada de Gasparini, mientras que al periodo de Carlos IV se deben importantes conjuntos neoclásicos y piezas de mobiliario francés. A Fernando VII se le debe la apabullante colección de arañas francesas en bronce y cristal, mientras que la última renovación decorativa a la que responde el estado histórico actual de la decoración se debe a Alfonso XII en 1879.
A lo largo de la fachada de Oriente se extienden los aposentos de Carlos IV y María Luisa, donde han habitado los sucesivos soberanos hasta 1931. Estas salas son utilizadas habitualmente por S.M. el Rey para sus audiencias, pues el Palacio Real de Madrid continúa siendo la residencia oficial del Rey de España. La Real Armería, la más importante colección europea junto con la de Viena, ambas debidas a los Habsburgo, fue instalada junto al Alcázar por Felipe II y transferida al pabellón actual en 1891. También a Felipe II se debe la creación del Parque de Palacio, llamado Campo del Moro. Visita el Palacio Real de Madrid.
Palacio Real de La Granja de San Ildefonso
Felipe V creó este Real Sitio con el fin de retirarse tras su reinado, lo que convirtió este palacio es su favorito y en su residencia estival, uso que continuó hasta el reinado de Alfonso XIII. Felipe V escogió para su nuevo real sitio, cercano a Valsaín pero de nueva planta, la granja que los jerónimos del Parral (Segovia) tenían aquí y que les compró en 1720. Las obras estaban concluidas en lo esencial a principios de 1724 y los reyes pudieron instalarse allí en 1723.
Tras su vuelta al trono, Felipe V encargó ampliar tanto los jardines como el palacio, éste a cargo del arquitecto romano Andrea Procaccini. El elemento central del edificio es la capilla real o Colegiata, redecorada bajo Carlos III. Inmediato al altar mayor está el panteón real donde reposan Felipe V y su segunda esposa, Isabel de Farnesio. Aunque el palacio sufrió un devastador incendio en 1918 conserva aún casi todas las decoraciones al fresco de la época de Felipe V, destacando el dormitorio de los soberanos, según diseños de Juvarra y con pinturas de Panini.
Tan relevantes como el palacio eran para Felipe V los jardines, donde puso grandísimo empeño en el conjunto de las fuentes, de gran interés a nivel europeo, tanto por la amplitud y estado de conservación del sistema hidráulico original, aún hoy en funcionamiento, como por la ornamentación escultórica realizada por artistas franceses que habían trabajado en los palacios de Luis XIV, sobre todo en Marly. Desaparecido el Marly de Luis XIV, es La Granja el principal ejemplo de este tipo de jardín formal a la francesa con riquísima decoración escultórica. Visita el Palacio Real de La Granja de San Ildefonso.
Palacio Real de Aranjuez
El Palacio Real de Aranjuez fue construido por Felipe II sobre el emplazamiento del antiguo palacio de los maestres de Santiago. El edificio resulta característico del clasicismo de los Austrias con alternancia de piedra blanca y ladrillo. El plan original fue continuado por Felipe V en 1715, pero lo terminó en 1752 Fernando VI, aunque en 1775 Carlos III mandó añadir dos alas. Posteriormente Felipe II encargó a Juan Bautista de Toledo el trazado de las calles arboladas que ordenan el territorio dedicado a jardines y cultivos. Las presas llevadas a cabo en el siglo XVI regulaban el curso del Tajo y permitían regar los terrenos mediante canales.
Los Borbones no dejaron de desarrollar el esplendor del Sitio, donde pasaban toda la primavera desde semana santa hasta julio. Felipe V dispuso nuevos jardines, y Fernando VI el trazado de más calles arboladas y nueva población que alcanzó su completo desarrollo bajo Carlos III y Carlos IV. Fernando VII e Isabel II continuaron visitando Aranjuez, por lo que el esplendor regio del Sitio se mantuvo hasta 1870. Carlos IV, siendo Príncipe de Asturias, utilizó como casa de recreo los pabellones del embarcadero de Fernando VI y creó en torno el Jardín del Príncipe, que debe su nombre y su creación al hijo y heredero de Carlos III quien en la década de 1770 empezó a utilizar el antiguo embarcadero de Fernando VI como pabellón de recreo. Cuando ascendió al trono decidió realizar al extremo opuesto de estos jardines una nueva casa de campo, llamada del Labrador.
Felipe II, gran amante de los jardines, puso especial empeño en Aranjuez: de su época se conservan el Jardín de la Isla, trazado por el arquitecto Juan Bautista de Toledo, y el del Rey inmediato al palacio y cuya decoración actual se debe a Felipe IV. También en la Isla, la mayor parte de las fuentes se deben a Felipe IV si bien los Borbones continuaron enriqueciéndolo con detalles como los bancos de Carlos III. Felipe V añadió a los jardines existentes dos nuevos trazados a la francesa: el Parterre ante el palacio y el extremo al final del Jardín de la Isla, llamado la Isleta, donde instaló la Fuente de los Tritones que Isabel II hizo llevar al Campo del Moro. Visita el Palacio Real de Aranjuez: http://www.patrimonionacional.es/real-sitio/palacio-real-de-aranjuez
Palacio Real de La Almudaina
El castillo fue levantado a principios del siglo XIV entre 1305 y 1314 para Jaime II y floreció como sede de la corte de los reyes de Mallorca en la primera mitad de aquella centuria. Todavía pueden verse en la actualidad restos de la alcazaba árabe, sobre la que hay referencias de los siglos XII y XIII. Se encuentra situado justo enfrente de la imponente catedral de ‘La Seu’ de Palma y su posición elevada con vistas a la Bahía de Palma le permitió una importancia estratégica a lo largo de los tiempos.
Sede de la Audiencia desde Felipe II, residencia del Virrey y del Capitán General, y centro administrativo del Real Patrimonio en la isla, la Almudaina es actualmente la residencia oficial de S.M. el Rey durante sus visitas a Mallorca. En el conjunto destaca la Capilla Real de Santa Ana, cuyo emplazamiento delimita dos patios: el de la Reina al Norte, y el del Rey, al Sur, el Patio de Armas; y el l Gran Salón o Tinell (dividido en dos niveles desde el siglo XVI para acomodar la audiencia). Un torreón rectangular donde se albergaba el Palacio del Rey, un ala que se extiende a lo largo de la fachada de poniente, que formaba el Palacio de la Reina. En el encuentro entre los Palacios del Rey y de la Reina están los baños árabes, recuperados tras las restauraciones de los últimos años.