La llegada del invierno y el comienzo de los salones del automóvil son aprovechados por las marcas para presentar sus nuevos modelos para todos los gustos.
TEXTO: J. LUIS ALVAREZ
El mercado se renueva con modelos de todos los tipos, para todos los gustos, de lo más exclusivo a lo más práctico, pasando por clásicos renovados o familiares para todo uso, la oferta se agranda.
Seat Tarraco: Seat a lo grande
Si hace más medio siglo los Seat 1.400 y el 1.500 eran símbolo del coche grande, el nuevo Tarraco viene a culminar la ofensiva de la firma española en vehículos de gran envergadura. Diseñado y desarrollado en la fábrica de Martorell, este SUV se produce en la factoría de Wolfsburg (Alemania). El nuevo Seat, mucho más grande que el Ateca, se ofrece hasta con siete plazas. Con unas líneas bien definidas, el Tarraco sorprende por su imponente capó, sobre el que sobresalen dos grandes enervaciones y que cuenta con una gran parrilla hexagonal. Los faros son full-led. La carrocería se alarga hacia atrás, a lo largo de 4,7 metros, con unos grandes pasos de rueda y una amplia puerta para las plazas traseras. La zaga se puede decir que es muy al estilo Seat. El maletero, con cinco asientos, es de 760 litros.
El coche incorpora todas las ayudas posibles para conducción, como un cockpit totalmente digital de 10,25’’ tras el volante y otra pantalla central en el salpicadero de 8’’. Lujo y espacio complementan el interior, donde la comodidad de los viajeros en la principal premisa. Para motorizar este coche, la firma española ha elegido los bloques de gasolina 1.5 TSI de 150 cv y caja de seis velocidades manual, con tracción delantera, y el 2.0 TSI de 190 cv que está acoplado a la caja de cambio automático de doble embrague DSG de siete relaciones, con tracción integral 4Drive. Para el diesel se por el bloque 2.0 TDI de 150 o 190 cv, cambios manual de seis relaciones o DSG de siete y tracción delantera –solo en el primero- o integral.
El Seat Tarraco sale a la venta a primeros de 2019 desde unos 32.650 euros.
Suzuki Jimny: Chiquito, pero funcional
Suzuki ha realizado una gran apuesta al transformar el Jimny, su coche con aspecto 4×4 que es un 4×4 de verdad. Ahí está su éxito y no lo ha perdido desde su aparición en el mercado allá por 1970. Esta cuarta generación es una alegoría al todo terreno. El coche se robustece con una preciosa estampa que enamora, pese a tratarse de un vehículo pequeño. Todo un capricho que muchos utilizarán como vehículo del día a día, unos para meterse en el atascos y otros por caminos imposibles a los afamados SUV que tanto gustan hoy.
Y es que por fuera el coche está diseñado para soportar las zarzas, las ramas y las rocas del camino, con buenos ángulos de ataque y salida –algo impensable en los todocaminos urbanitas-, para subir zanjas o pasar ríos. Por dentro ha sido diseñado para ser manejado con facilidad. Eso se debe al cambio en la posición del conductor, con el pilar A más elevado, unas botoneras y mandos claros y siempre al alcance, e ,incluso, en el acabado más completo estrena una pantalla central de 7’’. Pequeño por fuera y con solo 53 litros de maletero que se agrandan al abatir los asientos y atar, en las argollas que lleva por doquier, las eslingas para sujetar objetos.
El motor de gasolina –unico de la gama- ha crecido hasta los 1,5 litros de 102 cv, con más par y menos gasto que el anterior de 1,3 litros. Está acoplado a una transmisión manual de cinco velocidades y se ofrece un cambio automático de cuatro relaciones, ambos con transmisión permanente y reductoras.
El precio del Suzuki Jimny está disponible a partir de 17.000 euros.