Mecánicos o eléctricos, los coches descapotables son para el verano… y para todo el año, ya que la mecanización de las lonas y la mejora de los materiales hacen que sean tan seguros como los vehículos con techo rígido
TEXTO: J. LUIS ALVAREZ
El buen tiempo permite quitar el techo a los coches descapotables, aunque en España cuando el sol aprieta es poco recomendable por el riesgo de sufrir un golpe de calor. La tecnología de las capotas nació a la vez que el automóvil. De hecho todos los coches eran descapotables en origen. Las lomas y la ausencia de arcos de seguridad eran un problema en caso de vuelto. Además, la ser textiles y blandas, si se abrían las ventanillas formaban una especie de huevo en el techo.
En la actualidad, la mecanización de las lonas y la mejora de los materiales hacen que los descapotables sean tan seguros como los coches con techo rígido. A eso se añade el refuerzo de la estructura de los parabrisas, arcos de seguridad que se despliegan al perder el coche la verticalidad y refuerzo en los respaldos de los asientos. Un descapotable del siglo XXI solo tiene un problema, la lluvia y el exceso de sol –que cada vez aprieta más por el cambio climáticos-, pero ya se están implementando sistemas que cierran el techo cuando las cambian las condiciones meteorológicas, incluso si está aparcado y empieza a llover.
BMW i8 Roadster, lo último en llegar
BMW es otra de las firmas que siempre apostó por descapotar sus deportivos. Al tradicional sistema mecánico, BMW sumó las capotas semirígidas desmontables y las mecanizadas. En su nuevo deportivo híbrido enchufable I8 Roadster, un biplaza que se distingue tanto por la espectacularidad de sus formas como por la apertura de las puertas en forma de alas de gaviota, la capota no es una exageración de grande.
Sin embargo, al no contar con un gran maletero, BMW ha dotado al sistema de plegado con dos tiempos, tanto en el doblado como en la apertura, que puede realizarse hasta una velocidad de 50 km/h. El mecanismo se activa con el mando a distancia del coche o con un botón, que se encuentra en el cajón entre los asientos delanteros para evitar la activación accidental. La operación no es rápida, dura unos 15 segundos, dado que tiene que abrir el compartimento del maletero, levantando lo arcos antivuelco que hay detrás de los dos asientos, donde se esconde la capota.
El i8, cuyo chasis y carrocería son de fibra de carbono, monta un motor de combustión de gasolina de tres cilindros y 1.4 litros que rinde 231 cv y otro eléctrico de 134 cv que rinden en conjunto nada menos que 374 cv. El cambio es automático de variador con seis velocidades.
El BMW i8 Roadster está a la venta por 160.200 euros.
Volkswagen Beetle Cabrio, clásico entre los clásicos
Volkswagen es una de las firmas que a lo largo de su historia ha ofrecido coches descapotables. Quien no recuerda en los 60 aquellos ‘escarabajos’ con el techo practicable. Era todo mecánico y a pulso, cuando no a fuerza. Había que parar en la cuneta, soltar los anclajes y echar la pesada capota hacia atrás. Luego se tenía que atar con unas cinchas, lo que daba al coche un aspecto de carromato.
Hoy el Beetle Cabrio emula a su abuelo, aunque sólo sea por la disposición en la que queda la capota. El techo ahora se abre automáticamente en tan solo 9,5 segundos y se pliega hasta quedar plano en la parte de atrás. Además, el coche incluye de serie una funda de lona del color de la carrocería, asegurando una imagen elegante en todo momento. El interruptor de la c