Una ruta en coche por la asombrosa isla francesa para conocerla antes de participar en el Tour de Corse Historique, una prueba deportiva de culto que forma parte integrante de la cultura popular, y para cuya 23 edición (del 7 al 14 de octubre de 2023) ya se han abierto las inscripciones.
TEXTO Y FOTOS: PEDRO GRIFOL
Nada más conducir los primeros kilómetros por la isla de Córcega, descubriremos que, tras algunas de sus pronunciadas curvas, nos irá sorprendiendo ver, escondidos entre montañas, sugerentes pueblos con encanto; bosques encantados (que los nativos llaman maquis), que se nos muestran cómo no mancillados por humanos; y de pronto nos encontraremos ¡por extraño que parezca! inmersos en la belleza de alguna de sus salvajes playas.
Córcega es una de las islas del Mediterráneo menos conocidas, y quizá podríamos calificarla como ‘una isla aparte’. La frase de Saint-Exupéry nos desvela su misterio: “El sol le hizo tanto el amor al mar que acabaron engendrando Córcega”. Claro que aquello no era el primer piropo que recibía… los griegos la llamaron kallisté, es decir: ‘la sublime’. Pues eso.
Aunque la isla pertenece a la nave nodriza de la nación francesa -Francia la compró a la República de Génova en 1769-, Córcega se siente como de otra galaxia. Los corsos son franceses, pero primero ¡son corsos! … Un mundo aparte, lleno de secretos.
La isla, localizada a vista de dron en un mapa, nos sugiere el acceso fácil, como si pudiéramos llegar a ella ‘en un saltito’; sin embargo, para aterrizar (desde España) en tierra corsa, tenemos que hacer escala en alguna ciudad francesa… o viajar en nuestro propio barco desde cualesquiera de los puertos mediterráneos de la península ibérica -¡qué no es mala idea!- ya que (por otra parte) no supone una travesía descabellada porque varios puertos de la isla, como Ajaccio, Porto Vecchio o Bonifacio, son clásicos atraques para veleros de recreo de surcan el Mediterráneo navegando por el triángulo de lujo que compone Mónaco-Córcega-Saint Tropez.
Road trip rumbo sur
Ajaccio, la capital corsa, es el punto de partida para iniciar una ruta en coche por el sur de la isla. Famosa por haber visto nacer a Napoleón Bonaparte, uno de los personajes más carismáticos de la historia contemporánea europea. Una gran corona imperial de luces de colores preside la intersección de las dos más importantes avenidas de la ciudad donde los recuerdos relacionados con el emperador están por todas partes. Ajaccio es la ciudad ¡más que París! para empaparnos de la vida y milagros del megalómano personaje.
También la Rue Cardinal Fesch ofrece tentaciones de todo tipo, y a todas horas, desde tiendas de delicatessen hasta lo más flamante en moda y diseño; por tener… tiene incluso un cine (de los de antes) en estado operativo.
Una buena carretera, aunque plagada de curvas, nos conduce a Filitosa, un enclave prehistórico donde vestigios de singulares menhires con rostros esculpidos nos ofrece otra cara del misterio, un misterio que aún no ha sido desvelado por completo.
Llegamos a Propiano que, como lugar histórico quizá no tenga especial interés, pero como lugar paradisíaco posee uno de los más relajantes enclaves de la costa suroeste de la isla. Allí se encuentra el Golfo de Valinco, que sirve de anfiteatro a las playas de Portigliolo… limpias y tranquilas, con sitio para aparcar a pie de playa y algunos alojamientos cuya arquitectura no interrumpe la contemplación del paisaje. Algunos apartamentos diseminados entre el fondo boscoso, alguna pizzería y poco más. Playas salvajes en pleno Mediterráneo.
Abandonamos el paraíso de rocas y arena para adentrarnos en el corazón de la isla, porque no tenemos que pasar de largo de Sartene, uno de los pueblos más auténticos y con más historia – “La más corsa de las ciudades corsas” (en palabras de Merimée)- Se trata de un pueblo colgado en la montaña con casas de piedra y calles empinadas que se muestra aparentemente tranquilo, pero que guarda en sus entrañas los enfrentamientos de dos familias de la más auténtica tradición mafiosa. Sus descendientes aún no se tratan… pero nadie te contará nada. Además, a los visitantes ¡qué les importa! En Sartene, durante la Semana Santa, se celebra una de las procesiones más afamadas de la isla, llamada la del Catenaccio. Cuando cae la noche un penitente vestido con túnica y capirote, arrastrando una pesada cruz recorre las calles del pueblo emulando el camino de la pasión de Jesucristo. El silencio.