El arquitecto desarrolló casi toda su obra en Cataluña, teniendo su epicentro en Barcelona, pero tres de sus obras brillan en León, Astorga y Comillas.
Texto: JAVIER VARELA
Antonio Gaudí es el máximo representante de la arquitectura modernista española e incluso llegó a crear su propio estilo ‘gaudiano’ gracias a su peculiar recreación del gótico hasta su inclinación por las grafías curvas y dinámicas, la aplicación a la arquitectura de técnicas de decoración artesanas en vidrieras, hierro forjado, muebles diseñados y mosaicos de fragmentos de cerámica contenidos con vivos colores. Todo ello le permitió dejar un legado arquitectónico considerado como Patrimonio de la Humanidad, principalmente en Barcelona.
Gaudí conoció a Eusebio Güell durante su participación en la Exposición Universal de París de 1878 y cambió su vida profesional, ya que gracias a su ayuda pudo construir grandes obras y proyectos en la ciudad condal como la Sagrada Familia de Barcelona, el Parque Güell, la Pedrera o la Casa Batlló, una remodelación de un edificio ya existente. Su herencia en Barcelona es mucho más extensa como demuestra la Casa Vicens -su primer proyecto-, los Pabellones Güell, las Bodegas Güell, el Palacio Güell, la Casa Calvet, la Cooperativa Obrera Mataronense, los Jardines de Can Artigas o la cripta de la Colonia Güell
Pero su obra se extendió también en otras ciudades de España donde su sello inconfundible dejó tres obras que ya son icono del modernismo y del estilo ‘gaudiano’, como son el Palacio Episcopal de Astorga, la Casa Botines en León o El Capricho en Comillas.
La Sagrada Familia
Su construcción comenzó el 19 de marzo de 1882 y todavía no se ha terminado, pero esta situación no impide que la Sagrada Familia sea una de las señas de identidad de Barcelona y uno de los monumentos más visitados de España. De hecho es muy común verla rodeada de turistas, de grúas y andamios. El templo se caracteriza por sus dieciocho torres que giran en torno a la central dedicada a Jesucristo. A su alrededor, las cuatro torres que representan los evangelios, los libros que explican la vida y las enseñanzas de Jesús. La torre del ábside, coronada por una estrella, representa a su la Virgen María y las doce torres restantes representan a los doce apóstoles.
El Templo Expiatorio de la Sagrada Familia es una basílica católica basada en la tradición de las catedrales góticas y bizantinas. Destaca por su verticalidad y luminosidad en el interior. Gaudí le dedicó en exclusiva los últimos 15 años de su vida y logró una simbiosis entre forma y simbolismo cristiano, con una peculiar arquitectura generada por estructuras, formas y geometrías nuevas pero de gran lógica e inspiradas en la naturaleza, con un importante protagonismo de la luz y del color. Las vidrieras son espectaculares y convierten el interior en un juego de luces. Más información.
Parque Güell
El parque es uno de los lugares más visitados de Barcelona y destaca por estar en la zona alta de Barcelona. Sus caminos rodeados de árboles y diferentes formas onduladas y sinuosas que componen figuras de animales y figuras geométricas dejan al descubierto el estilo de Gaudí. La entrada principal recibe al visitante con dos pabellones que formaban la portería y la Casa del Guarda. Desde allí se puede contemplar la escalinata del Dragón que da paso a la Sala Hipóstila formada por 86 columnas estriadas que se inspiran en el orden dórico. Las más exteriores se inclinan, en un movimiento ondulante y abiertamente contrario a las reglas de la composición clásica, al tiempo que refuerzan la percepción de su función estructural.
Pasear por el parque permite disfrutar de los detalles que hacían a Gaudí un erudito del modernismo. En medio del Eje Monumental del Park Güell se encuentra la gran explanada que la documentación del proyecto denominaba Teatro Griego y que más recientemente ha sido rebautizada como Plaza de la Naturaleza. Una de las zonas más espectaculares y fotografiada es el Pórtico de la Lavandera, adosado a un gran muro de contención de piedra sin trabajar y que adopta la forma de una gran ola sobre unas columnas inclinadas, con una doble columna que actúa como contrafuerte. Luego se puede disfrutar de los Jardines de Austria y las calles, los caminos y los viaductos. Más información.
La Pedrera
Su verdadero nombre es Casa Milà, pero es conocida como La Pedrera por su rústico aspecto pétreo. Este espectacular edificio modernista fue construido entre los años 1906 y 1912 y refleja su plenitud artística. Es considerado el edificio civil más emblemático de Antoni Gaudí, por las innovaciones constructivas y funcionales y por las soluciones ornamentales y decorativas que rompen con los estilos arquitectónicos de su tiempo.
El edificio consta de dos bloques de viviendas, con accesos independientes, organizados en torno a dos grandes patios para facilitar la iluminación y ventilación en los dieciséis apartamentos. En la azotea encontramos orden, calidad estética y una gran funcionalidad de los elementos construidos como las cajas de escalera, que utiliza formas curvas, que, debido a su concavidad, convexidad y forma cónica, alivian la edificación. También cuenta con unas torres de ventilación y chimeneas, recubiertas con vidrios verdes de botellas antiguas, en una original versión del trencadís, para el que Gaudí aprovechó los culos y cuellos de botellas. Más información.