El 23 de abril se celebra el día del libro y para homenajear a la lengua castellana viajamos al origen y ocaso de algunos de los escritores españoles más famosos: Miguel de Cervantes Saavedra, Federico García Lorca, Francisco de Quevedo, Gustavo Adolfo Bécquer y Rosalía de Castro.
Texto: JAVIER VARELA
El 23 de abril es una cita señalada en el calendario tanto para escritores como para lectores. Se celebra el ‘Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor’ desde que se acordara en la 28ª reunión de la UNESCO en 1995 y ese día se recuerda especialmente al universal Miguel de Cervantes con la entrega del premio que lleva su nombre y que es el galardón más importante de las letras españolas.
Esta celebración es una oportunidad de redescubrir al autor favorito de cada uno, regalar literatura a un ser querido o comprar un buen libro para sumergirse en su argumento a través de sus personajes, ya sea novela, poesía o prosa. Además, bibliotecas, museos y otras instituciones organizan lecturas en grupo, mesas redondas, firma de libros, conferencias, talleres, cuentacuentos y conciertos, con el objetivo de vivir el día de las letras de una forma diferente.
Dos décadas después de que la UNESCO decidiera homenajear a las letras, seguimos los paseos de cinco escritores españoles para descubrirles más allá de sus obras. Visitamos el pueblo granadino de Fuente Vaqueros, donde nació Federico García Lorca, o Alcalá de Henares, donde dio sus primeros pasos ‘El Príncipe de los Ingenios’. Nos damos un paseo por la Sevilla que vio nacer a Gustavo Adolfo Bécquer o Santiago de Compostela, ciudad natal de Rosalía de Castro. Y terminamos nuestro viaje literario en tierras de castilla, en Villanueva de los Infantes (Ciudad Real), donde falleció Francisco de Quevedo.
Toda una ‘Experiencia Shackleton’ de la que bien podríamos escribir un libro. Sólo tiene que empezar tu viaje y devorar kilómetros como si fueran páginas de un libro. Una obra que nos hará viajar tras los pasos del castellano.
Miguel de Cervantes Saavedra
Miguel de Cervantes tiene el honor de ser el autor de una novela cumbre del castellano: ‘El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha’, pero su obra y su legado es mucho más que El Quijote. Además de novelista, poeta y dramaturgo defendió a su país en la batalla de Lepanto, que le dejó marcado de por vida. La temática de sus obras fue tan dispar como el amor, la familia, la educación, la religión… para las que tomó inspiración en la multitud de viajes que llevó a cabo a lo largo de su vida. Madrid, Roma, Lepanto, Messina, Argel, Sevilla o Valladolid.
‘El Príncipe de los Ingenios’ nació en Alcalá de Henares en 1547, ciudad Patrimonio de la Humanidad y cuna de Cervantes. Aunque el lugar donde nació sí se sabe, la fecha exacta sigue siendo un misterio. Fue en la vivienda familiar, propiedad de su abuelo Juan, ubicada en la calle Imagen de Alcalá de Henares -actualmente se encuentra el Museo Casa Natal de Cervantes-. Lo demuestra su partida de bautismo, fechada el 9 de octubre de 1547 en la parroquia de Santa María la Mayor de la localidad madrileña. Era el cuarto hijo del cirujano Rodrigo de Cervantes y Leonor de Cortinas y con 4 años se trasladó a Valladolid, donde se sospecha que asistió a un colegio de jesuitas. Diez años más tarde regresó a la capital con su familia siguiendo los paseos de la Familia Real.
Tras una vida más propia de una novela, fallece el 22 de abril de 1616 en Madrid, tres días después de firmar la dedicatoria del Persiles (‘Los trabajos de Persiles’ y ‘Segismunda, historia septentrional’, su obra póstuma). A petición suya fue enterrado en el convento de las Trinitarias Descalzas bajo una lápida sin nombre ni nada que identifique que ahí reposarán sus restos. Alcalá de Henares es Patrimonio de la Humanidad y cuna de Cervantes una ciudad cuando se pase por sus calles te traslada al corazón del Siglo de Oro.
Qué ver en Alcalá de Henares
Casa Natal de Cervantes
En el casco histórico de Alcalá de Henares y cerca del Hospital de Artezana, donde trabajó su padre Rodrigo de Cervantes, se encuentra la casa familiar de Miguel de Cervantes Saavedra, en la que nació y pasó sus primeros años. En 1954 el Ayuntamiento instaló un museo cervantino. En sus estancias se recrean las costumbres, gustos y quehaceres cotidianos de los siglos XVI y XVII y cuenta con un importante fondo bibliográfico de ediciones cervantinas. Imprescindible hacerse una foto en el banco que está en frente de esta casa, con Sancho y Don Quijote, probablemente la escultura más fotografiada de la ciudad.
Plaza de Cervantes
La plaza de Cervantes data de antes del siglo XIII y era la antigua plaza del Mercado en la que se llevaba a cabo el mercado semanal y un importante feria anual. También fue utilizada para todo tipo de festejos públicos, incluidas las corridas de toros, hasta el siglo XIX y posteriormente se llevaron a cabo varias transformaciones que le concedieron su aspecto actual. Fue entonces cuando se le dio el nombre al escritor local. A la izquierda están las ruinas de la antigua parroquia de Santa María, donde Cervantes fue bautizado, y en el centro de la plaza su estatua de bronce del escultor italiano Pedro Nicoli.
Corral de Comedias
Situado en la plaza de Cervantes, el patio de comedias fue construido en 1602, se convirtió en 1769 en coliseo techado y se transformó en un teatro romántico en 1830, siempre sobre las estructuras anteriores. Puede pasar desapercibido desde el exterior, pero una vez dentro impresiona a todo el que lo visita. Se trata de uno de los Corrales de Comedias más antiguos de Europa. Actualmente ha recuperado su programación teatral, y existe la posibilidad de visitas guiadas.
Colegio de San Ildefonso
Es el edificio principal de la Universidad de Alcalá, fundada en 1499 por el Cardenal Cisneros, y el más notable símbolo de la misma. Es una de las más importantes obras del Renacimiento español y declarado Patrimonio de la Humanidad. La fachada es lo más importante del edificio. Fue construida por Rodrigo Gil de Hontañón en estilo plateresco, siendo concebida como un retablo dividido por pilastras y columnas. Existen varios patios realizados en diferentes estilos, estando uno de ellos inacabado.
Gustavo Adolfo Bécquer (Sevilla)
Gustavo Adolfo Domínguez Bastida nació el 17 de febrero de 1836 en Sevilla en una familia con descendientes de nobles holandeses afincados en esa ciudad en el siglo XVI. Fue hijo de un célebre pintor del costumbrismo sevillano y hermano de otro, Valeriano, con el que vivió sus últimos años. Adoptó el segundo apellido de su padre, Bécquer, para firmar sus obras y con 18 años llegó a Madrid para ganarse la vida como pintor .Trabajó de escribiente en la Dirección de Bienes Nacionales, de donde fue despedido por hacer dibujos ‘inapropiados’.
Para poder vivir se dedicó al periodismo y hacer adaptaciones de obras de teatro extranjero, principalmente del francés. En el diario ‘El Contemporáneo’ publicó crónicas sociales, algunas de sus Leyendas y Cartas desde mi celda, unos ensayos costumbristas. En 1864 logró convertirse en censor oficial de novelas, un puesto bien pagado que le sacó de su pobreza. Falleció el 22 de diciembre de 1870 a causa de tuberculosis agravada por una profunda depresión tres meses después de la muerte de su hermano Valeriano.
La obra de Bécquer ejerció un fuerte influjo en figuras posteriores como Rubén Darío, Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez y los poetas de la generación del 27, y la crítica lo juzga el iniciador de la poesía española contemporánea. Entre sus obras destacan ‘Cartas desde mi celda’, ‘Cartas literarias a una mujer’, ‘Rimas’ y ‘Leyendas’, como ‘Maese Pérez, el organista’ o ‘El caudillo de las manos rojas’. Toda su poesía transmite entusiasmo y emoción con un estilo sencillo que da cabida a sentimientos de desesperanza.
Qué ver en Sevilla
La Catedral y La Giralda
La Catedral de Santa María de la Sede de Sevilla es la catedral gótica cristiana más grande el mundo y está ubicada donde estaba la Gran Mezquita en el siglo XII, de la que se conserva su torre principal o ‘alminar’, que actualmente conocemos como La Giralda, con una altura de 104,1 metros y 35 rampas de ascenso en lugar de escaleras. En la parte de arriba tiene una estatua femenina de bronce de más de cuatro metros de altura y que representa ‘La Fe Victoriosa’ y es conocida como Giraldillo. Además, también conserva el Patio de los Naranjos, que era utilizado como lugar donde los creyentes realizaban las abluciones para purificarse antes de realizar sus oraciones.
El Parque de María Luisa y la Plaza de España
Tiene 34 hectáreas de extensión y fue inaugurado el 18 de abril de 1914 y recibe el nombre en honor a la Infanta María Luisa Fernanda, que fue la que donó los terrenos para su construcción. Los jardines reflejan influencias de la Alhambra, el Generalife y el Retiro de Madrid y fue declarado Bien de Interés Cultural. Tiene una enorme variedad de especies vegetales y animales. En 1914 se inició la construcción de la Plaza de España, con forma semielíptica y doscientos metros de diámetro. Una de sus características es que en sus bancos se puede apreciar una representación de todas las provincias españolas con azulejos y tiene un canal de 515 metros con cuatro puentes y una fuente central.
Reales Alcázares
Los edificios y palacios corresponden a distintas épocas y estilos, sigue siendo usado por la familia real cuando visita Sevilla y fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Sus jardines, lleno de rincones por los que perderse, son uno de los sitios más bonitos de la ciudad. Imprescindible pasear y contemplar Los Baños de María Padilla en el Cuarto Real, el Patio del Yeso en el Alcázar almohade o la Sala de la Justicia que ordenó construir Alfonso XI. Quizá el sitio más bonito de este edificio es el hermoso patio de las Doncellas, colofón del mudéjar sevillano.
La Torres del Oro
Los árabes la llamaban Borg-al-Azajal por su brillo dorado. Fue construida en el primer tercio del siglo XIII bajo la orden del gobernador almohade, con la intención de defender la ciudad. Cuenta con una planta dodecagonal en tres cuerpos y una altura de 36 metros. Una de las leyendas que hay sobre este edificio dice que era utilizado como refugio para las damas que cortejaba el rey Pedro I El Cruel. Estuvo a punto de ser demolida tras el terremoto de Lisboa en 1755 y ahora es la sede del Museo Naval de Sevilla y fue declarado monumento histórico-artístico.