Averías de coches que pasan invierno en montaña

Es posible que seas de esas personas que pasan el invierno en la montaña con su coche. A los vehículos no les viene bien los climas extremos, tanto si el termómetro pasa de los 40ºC como si baja de los 0ºC. En este artículo nos vamos a centrar en el segundo caso: Arturo Miguel Rojo, responsable del servicio técnico del RACE, explica cuáles son las averías y problemas que más suelen tener los coches de los Socios del RACE que pasan el invierno con frío y a una altitud elevada.

Los Socios del RACE conducen seguros ante malas condiciones en carretera,
ya que cuentan con la asistencia en carretera líder los 365 días del año en cualquier parte del mundo.

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Los líquidos del coche pueden llegar a congelarse

El combustible se suele congelar a una temperatura cercana a los 30 grados bajo cero. Sin embargo, la avería o el problema puede llegar incluso antes de la congelación con la gelificación. En esta situación, los líquidos se vuelven mucho más densos hasta tal punto que la bomba de la gasolina no va a ser capaz de trasladar el combustible al motor e incluso los inyectores van a tener problemas por la densidad de la gasolina, además de que el filtro de la gasolina se puede colapsar. Esto hará que tu coche no pueda arrancar cuando hace un frío extremo.

En altitud y con frío, los coches diésel lo van a pasar peor que los coches de gasolina por su forma de arrancar. Mientras que los gasolina producen una explosión en la cámara de combustión a través de una chispa generada por una bujía, los de gasóleo necesitan una compresión para generar la misma explosión. Si el combustible está cerca de la congelación o congelado, va a ser muy difícil o imposible que el motor se ponga en marcha. 

Para evitar esto, las gasolineras de montaña echan aditivos especiales para que el punto de congelación de la gasolina sea mayor. También existen aditivos anticongelación para coches diésel que cualquier usuario puede echar en su depósito para prevenir la congelación.

Al aceite del motor le ocurre lo mismo que a la gasolina. Si se vuelve más denso por el frío, no va a ser capaz de lubricar con la misma efectividad las piezas del propulsor y se puede llegar a producir una avería muy grave. Otro líquido que se suele congelar es el AdBlue, que tiene su punto de congelación en los -14ºC. También, si has echado agua (algo que no es aconsejable hacer) en lugar del líquido anticongelante en el sistema de refrigeración, tu coche sufrirá antes la congelación.

La batería falla cuando hace mucho frío

El frío hace que la batería falle porque la electricidad no se conduce tan bien. Esto va a provocar que no haya suficiente tensión para que el motor de arranque tenga la suficiente fuerza como para mover el bloque motor. Por eso, es recomendable que guardes el coche en un garaje si pasas el invierno en la montaña.

Los limpiaparabrisas pueden llegar a romperse con el hielo

Si vas a un pueblo de montaña donde es muy normal que caiga nieve, observarás que muchos de sus coches duermen en la calle con los limpiaparabrisas levantados. Esto es por dos razones:

  1. Si dejas puestos los limpiaparabrisas se pueden congelar y al intentar levantarlos se pueden romper. Si te ocurre esto, no eches directamente agua caliente porque con el cambio brusco de temperatura se puede romper el parabrisas.
  2. Con todo el peso de la nieve que se puede acumular tras una nevada copiosa, los limpaparabrisas pueden forzarse más de la cuenta, lo que puede provocar una avería.

Cuidado con la sal que se echa a las carreteras de montaña

Al igual que ocurre con el salitre cuando llevas el coche a la playa, la sal que se esparce por la carretera para evitar la congelación puede afectar a los bajos del coche porque es abrasiva, hasta el punto de oxidar piezas tan importantes como la suspensión o el tubo de escape del coche. Sobre todo los coches de gasolina más viejos, cuando todavía existía la gasolina con plomo, podían llegar a tener agujeros importantes en el tubo de escape cuando se mezclaba la gasolina, la humedad y la sal. Ahora la sal sigue siendo corrosiva para los coches (sobre todo en los de gasolina), aunque no tanto como los de antaño.

La misma sal de la carretera también puede afectar a la pintura del coche. Por eso, es recomendable lavar el coche (sobre todo los bajos) si circulas durante varios días por carreteras con sal.

Embrague quemado

Al vivir en la montaña, seguramente tendrás que subir algún puerto. Habrá veces que haya retenciones y tendrás que utilizar más de la cuenta el embrague para arrancar en cuesta, por ejemplo. Esto hará que poco a poco vayas quemando el embrague hasta que el disco ya no transmita la potencia del motor. Y no es la única situación: ¿quién no ha visto la típica escena en que hay nieve y hielo y el coche se acelera para intentar evitar el obstáculo? Aquí el embrague también puede sufrir una avería.

Neumáticos de invierno destrozados

Los neumáticos de invierno son una herramienta ideal para conducir cuando la temperatura cae por debajo de los 7ºC. Agarran más en mojado y se comportan mejor en la nieve. Sin embargo, si hay una semana invernal en la que hace sol y sigues circulando con los neumáticos de invierno se degradarán muy rápido, hasta el punto de quedarte sin gomas a medida que el calor aumenta. Por eso, ten siempre presente que si llevas neumáticos de invierno debes cambiarlos cuando la temperatura sube y empieza a hacer calor. Si no, la consecuencia es que tendrás que invertir dinero en otros cuatro neumáticos de invierno, aunque también existe la opción de los all seasons, que valen tanto para los meses estivales como para los invernales.

Ten en cuenta que, con el frío, la presión de las ruedas puede bajar un poco, así que es recomendable utilizar nitrógeno (las ruedas que llevan nitrógeno suelen utilizar los tapones de color verde).

Cadenas de nieve

Si vas a utilizar cadenas de nieve por primera vez, aprende bien cómo utilizarlas porque una cadena mal puesta puede provocar una avería en los latiguillos de freno o en la dirección. No obstante, ahora existen otras opciones como las telas para neumáticos, que son mucho más fáciles de poner.

Si a causa del frío, una avería te sorprende mientras estás circulando por carretera,
ponte en manos de uno de los talleres RACE Eurekar.

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