Mantenimiento del neumático

Los neumáticos son uno de los elementos del coche que más se deterioran debido a que están en continuo contacto con la vía y son la unión entre el vehículo y la carretera. En el RACE somos conscientes de la importancia de llevar los neumáticos en buen estado. Por eso, ofrecemos a nuestros socios la garantía de neumáticos, un servicio con el que te cambiamos la rueda en caso de pinchazo o de reventón tanto en el coche como en la moto.

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A continuación, te indicamos una serie de pautas para realizar un correcto mantenimiento de los neumáticos y, de esta manera, mantener sus prestaciones y calidad durante toda su vida útil.

En qué debes fijarte para hacer el mantenimiento de tus neumáticos

Tienes que tener en cuenta tres factores fundamentales: la profundidad de la banda de rodadura (el dibujo de la rueda), la presión de la rueda y la suspensión.

1) La profundidad de la banda de rodadura

La normativa europea establece una profundidad mínima de 1,6 mm, aunque desde el RACE recomendamos que esta profundidad no sea menor a 3 mm ya que, en caso de lluvia o asfalto mojado, el neumático debe ser capaz de drenar el agua y no sufrir el efecto aquaplanning. Para ello, existen testigos de desgaste como referencia que incorporan los propios fabricantes de neumáticos, como es el caso de pequeños tacos en los surcos de la banda de rodadura.

2) La presión del neumático

Con el paso del tiempo y los kilómetros, los neumáticos van perdiendo la presión de aire. Por eso, se recomienda medirla, al menos, cada mes o cuando vayas a realizar un viaje largo, con un manómetro correctamente calibrado. Las medidas las puedes consultar normalmente en el manual del fabricante o junto al tapón de la gasolina. En esta información te explicamos paso por paso cómo debes realizar la medición.

Recuerda:

  • Una presión insuficiente aumenta el consumo de combustible y existe mayor riesgo de que el neumático se salga de la llanta o se produzca un reventón.
  • Una presión excesiva aumenta el riesgo de cortes e impactos y se sacrifica el confort de la conducción, pues disminuye la capacidad de absorber las irregularidades del firme. En ambos casos, se produce un desgaste acelerado del neumático y aumenta la distancia de frenado.
  • En caso de tener que sustituir alguno de los neumáticos, tienes que cambiar el otro de su eje (delantero o trasero). De lo contrario, provocarás una inestabilidad que puede afectar negativamente a la seguridad del vehículo.

3) La suspensión del vehículo

El sistema de suspensión también tiene que ser revisado periódicamente. El amortiguador es un elemento que se deteriora progresivamente comprometiendo la seguridad del vehículo, especialmente en conducción extrema y situaciones de riesgo.

Te recomendamos que revises los amortiguadores en algún taller especializado como los que forman parte de la red Eurekar, que tienen la garantía del RACE. Su inspección hay que realizarla cada 20.000 km o en caso de observar:

  • Pérdida de aceite en los amortiguadores.
  • Que la suspensión del vehículo oscila lateralmente o si cuesta recuperar la estabilidad después de un bache.
  • Si en la frenada el morro se inclina excesivamente.
  • Si al circular por carretera irregular el vehículo absorbe con excesiva violencia las irregularidades de la vía o, si es de noche, los faros vibran excesivamente.
  • Si al circular con el viento lateral, el vehículo sufre bandazos.
  • Que los neumáticos se desgastan de forma irregular o se produce un desgaste muy rápido de los mismos.
  • Ruidos bruscos localizados en la parte trasera o delantera.

Diez consejos para el mantenimiento de los neumáticos

  1. Mantén la presión de las ruedas conforme a las especificaciones del fabricante.
  2. No compruebes la presión en mitad de un viaje largo, sino antes de salir, con las ruedas frías. Con el giro, la temperatura de las ruedas aumenta y con el calor la presión de los neumáticos también cambia.
  3. Aprovecha el inflado del neumático para hacer una inspección visual, por si hay un tornillo u otro elemento clavado en la goma.
  4. Comprueba en el costado la fecha de las ruedas: con el paso de los años no sólo se puede desgastar el dibujo, también pueden aparecer grietas que cambian el comportamiento y el agarre del neumático.
  5. Revisa la suspensión cuando toca. Si está en mal estado, el neumático se puede estar desgastando de forma irregular.
  6. Observa posibles fugas de aire por la válvula del neumático. Un truco para comprobarlo es meter el neumático en un cubo de agua: si ves que salen burbujas ya sabes que pierde aire y por dónde.
  7. No sobrepases los límites de velocidad establecidos por el fabricante del vehículo, de la vía o del neumático. Si lo haces, sometes al neumático a un sobreesfuerzo y estás restando su vida útil.
  8. Sobre el mismo eje, no montes neumáticos de marcas o especificaciones distintas.
  9. Revisa visual y periódicamente el estado de las llantas.
  10. Evita golpes y roces con bordillos y otros obstáculos.

¿Cada cuántos kilómetros se cambian los neumáticos?

Aunque la banda de rodadura no se gaste, se recomienda cambiar los neumáticos cada 4 – 6 años porque el caucho se endurece y pierde sus propiedades originales de elasticidad y adherencia. La duración en kilómetros depende de muchos factores, por lo que lo recomendable es seguir los consejos de este artículo para saber si puedes seguir usándolos.

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