Problemas coches híbridos

Un coche híbrido es un vehículo que utiliza dos motores (uno térmico y otro eléctrico) para funcionar. Esto significa que, en caso de existir alguna avería, los coches híbridos pueden dar problemas tanto por parte del motor de combustión, que por norma general es de gasolina, como por el lado del motor eléctrico, alimentado por una batería de alto voltaje.

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No obstante, los coches híbridos suelen tener varias ventajas, entre las que está el hecho de no necesitar tanto mantenimiento (si se compara con un coche de combustión, sobre todo diésel) y tener una parte térmica bastante fiable. Por tanto, de donde van a venir la mayor parte de los problemas es del sistema relacionado con el motor eléctrico.

Si tienes un coche híbrido es posible que tengas alguno de estos problemas

El hecho de compartir un funcionamiento parecido al de los coches eléctricos, con un motor eléctrico y una batería, va a derivar en que las averías relacionadas con estas piezas, pueden aparecer en un coche híbrido. José Iglesias, asesor técnico del RACE, explica los problemas más comunes de un coche híbrido:

  1. El conector de carga falla. Si tu coche es un híbrido enchufable, la recarga de la batería se realiza mediante un conector de carga. Con el tiempo, éste puede llegar a dar problemas, entre otras razones, porque se llegan a quemar los contactos ante un exceso de temperatura. Si estos se dañan, la carga del vehículo no se puede realizar. Este problema lo tienen con cierta frecuencia tanto los coches híbridos como los coches eléctricos.
  2. La vida útil de la batería. Aunque la autonomía de un híbrido sea menor que un eléctrico, tienen el mismo problema: la duración de las baterías y su reducción de almacenamiento de energía. Si se deja que la descarga se realice cuando la batería está por debajo del 20%, su capacidad de carga se va a ver mermada poco a poco porque se dañan las celdas internas de la batería. Por tanto, su autonomía se va a ir acortando con cada ciclo de carga que se realiza fuera del rango del 20 % al 80 %.
  3. Algún tipo de fallo en el cableado. Normalmente, a partir de los 60.000 kilómetros los cables que forman parte del sistema de recarga, tanto en un eléctrico como en un híbrido, pueden empezar a dar problemas. La complicación se suele dar porque el aislante se acaba desgastando o quemando ante un aumento de temperatura en la recarga, momento en el que se puede producir un cortocircuito.
  4. Avería en la caja de cambios relacionada con el inversor de corriente. Aunque según Iglesias no es un problema frecuente, siempre que se haga el mantenimiento cuando corresponde, el inversor, además de funcionar como un elemento de transmisión, también hace la función de alternador y de motor de arranque por lo que si se estropea, su arreglo no va a ser precisamente barato.
  5. Los frenos y la amortiguación se desgastan antes. Debido a que por una parte tiene un sistema que alimenta a un motor térmico y por otro nutre de energía a un propulsor eléctrico, el peso del coche híbrido es mayor que un coche de combustión. Esto va a provocar que los discos y las pastillas de freno sufran más ese exceso de kilos por lo que el desgaste de estas piezas va a ser más acusado en los híbridos.
  6. Para evitar que sucedan estos problemas de los coches híbridos, el asesor técnico del RACE recomienda que se haga el mantenimiento del vehículo a rajatabla cuando lo indique el fabricante o cuando se vean los primeros signos de desgaste (por ejemplo, si un conector de servicio da fallos en la carga o tarda demasiado en realizarla). Puedes realizar la revisión en cualquier taller de la red Eurekar con la garantía del RACE.

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