Humo negro tubo escape

Cuántas veces hemos visto mientras circulamos con nuestro coche cómo de otro vehículo emana un denso humo negro. Es una pista no solo de que algo le pasa, sino de que el propietario no se preocupa de hacerle un mantenimiento correcto. En cualquiera de los casos, el humo negro es un aviso para que llevemos nuestra máquina cuanto antes al taller para hacerle una revisión.

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El humo negro no es el único que nos indica cuál es la salud de nuestro coche. Existen otros colores que también nos deben alertar de que nuestro fiel compañero de viajes se merece unos cuidados y que debemos prestarle más atención. Aunque también existen el humo blanco y el humo azul, en este caso nos centramos en explicar el humo negro y por qué puede aparecer.

El humo negro: la mezcla de combustible y aire no se realiza correctamente

En palabras de Juan Manuel García Llorente, formador técnico del RACE para toda la red de proveedores, “si vemos salir humo negro denso de un coche, ya sea de un motor diésel o de un motor de gasolina, la principal causante de este problema es la mezcla que se da en el interior del motor cuando se juntan el combustible y el aire”.

Ese color negro aparece cuando en el momento de la combustión hay un exceso de gasolina con respecto a la cantidad de aire que entra en el cilindro y, por tanto, hay parte de ese carburante que no llega a explosionar. Esto implica que se acaba quemando y, como resultado, por el tubo de escape sale ese combustible que, en definitiva, no se ha podido aprovechar.

Uno de los principales problemas es que, al haber una mezcla más rica de gasolina, en realidad estamos perdiendo combustible, algo que notaremos tanto en la rápida bajada de la aguja del depósito como en un agujero mayor en nuestra cartera a final de mes.

La aparición de este humo negro se puede dar por un exceso de inyección de combustible o porque un filtro de aire está sucio y no deja que pase oxígeno al motor. En cualquier caso, la mezcla debe ser la configurada por el fabricante, y estos fallos hacen que no se cumpla.

En muchas ocasiones, cuando hablamos de humo negro en un diésel, la gente lo confunde con las partículas: se suele dar cuando aceleramos y aparece un chorro de humo negro. Esto no significa que el vehículo esté dando una mala mezcla, sino que está expulsando las partículas quemadas del diésel a través del escape. Por eso existen los filtros de partículas desde la normativa Euro 4 (año 2005), que evitan que esos sedimentos salgan al exterior.

El hecho de que ese carburante quede carbonizado no solo va a afectar a que perdamos dinero porque haya un exceso de consumo de combustible, también puede provocar que a largo plazo nuestro filtro de partículas (en el caso de los diésel) o el catalizador dejen de realizar su función antes de tiempo, lo que nos obligará a sustituirlos y a correr con los gastos antes de lo que corresponde.

Para evitar que aparezca el humo negro en nuestros coches lo mejor es seguir el mantenimiento recomendado por cada fabricante. Si no haces caso y alargas las revisiones, a largo plazo te puede resultar más caro el arreglo de la pieza que se ha estropeado por no haberse chequeado correctamente.

Si no te queda más remedio que ir al taller, recuerda que si te haces socio del RACE tienes una garantía mecánica y asistencia personal en todo el mundo e incluso te pone un vehículo de sustitución si no se puede reparar la avería.

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