Filtros partículas

El mercado de la automoción ha ido demostrando, con el paso de los años, su gran esfuerzo por producir modelos que, cada vez más, respetan el medio ambiente, adaptándose así a las estrictas condiciones exigidas por la Unión Europea en materia de calidad del aire.

Los filtros de partículas aparecieron en nuestras vidas años atrás con este fin, y desde hace más de diez años han adquirido una relevancia fundamental, sobre todo en los coches diésel; los motores de los coches de gasolina funcionan a una temperatura más alta y es más fácil que las partículas se quemen antes de salir por el tubo de escape.

Entre los muchos beneficios de los Socios del RACE, se encuentra la garantía mecánica.
¡Descúbrelo aquí!

Tal como explica Arturo Miguel Rojo, responsable del servicio técnico de automoción del RACE, hace años, algunos coches diésel se reconocían fácilmente en la carretera porque al acelerar aparecía un humo negro denso por el tubo de escape. Era una señal de que ese coche no estaba bien mantenido y de que estaba emitiendo partículas nocivas al medio ambiente.
El filtro de partículas (también conocido como FDP, filtro antipartículas o FAP) entró a escena hacia el año 2006 para evitar que las cenizas originadas por el aceite quemado en el motor saliesen directamente por el tubo de escape hasta el exterior. Surgió para depurar las partículas contaminantes generadas por la combustión en el propio corazón del coche.

¿Cómo funciona el filtro de partículas?

El filtro de partículas suele estar ubicado debajo del coche, cerca del motor y antes del tubo de escape. Éste filtra el hollín generado en la combustión a través de pequeñas celdas que hay en su interior. Tiene unos sensores que captan cuándo se va alcanzando el límite de saturación de dicho filtro.

El FDP reduce la acumulación de hollín que sale a la atmósfera a través de un proceso llamado pirólisis (descomposición química de una materia). Para ello, cuando alcanza cerca del 40% de saturación de hollín, se elevan las temperaturas dentro del motor hasta forzar la regeneración del filtro de partículas. El termómetro asciende hasta los 700 ºC, momento en el que el hollín se quema y, de esta forma, sale más depurado al exterior.

El coche realiza esa regeneración del filtro de partículas automáticamente cada 1.000 kilómetros aproximadamente, y tarda entre dos y tres minutos. Durante ese proceso, es posible que escuches desde el interior un relé actuando o que notes un cierto olor a podrido por el tubo de escape. Es muy importante que durante la regeneración no pares el coche o, si no, el filtro no se habrá limpiado del todo.

Síntomas de que algo pasa con el filtro de partículas

  • Se enciende un testigo del filtro de partículas: normalmente es de color amarillo, aunque según el fabricante del coche, puede variar su símbolo.
  • Puede encenderse el testigo del motor: puede haber una ligera pérdida de potencia si el filtro está lleno; el coche se protege reduciendo el trabajo del motor para que no se siga acumulando hollín.

¿Cómo limpiar el filtro de partículas?

Cuando aparece el testigo del filtro de partículas, los fabricantes suelen recomendar salir a la carretera y circular durante un tiempo a 2.300 y 2.500 rpm con una marcha más corta de lo que lo harías normalmente. De hecho, circular por ciudad puede resultar perjudicial para el filtro de partículas, que necesita que el motor trabaje a esas revoluciones para que se vaya limpiando de vez en cuando.

Si no se quita el testigo de alerta saliendo a la carretera, entonces debes llevarlo al taller. Siempre puedes acudir a los talleres Eurekar, que tienen la garantía del RACE y, recuerda, que si te haces socio del RACE podrás disfrutar de nuestra asistencia en carretera, entre otros servicios.

En el taller, las máquinas de diagnosis simulan que estás en carretera y la centralita hará trabajar a los inyectores para conseguir eliminar una gran parte del hollín gracias al aumento de temperatura dentro del propulsor.

También existen aditivos que se pueden añadir al combustible para elevar la temperatura del motor, y así se consigue que el filtro de partículas quede más limpio. Esto no hay que confundirlo con el AdBlue, un producto que incluyen muchos coches diésel y que se utiliza como añadido al filtro de partículas para conseguir alcanzar los límites anticontaminación de 120 mg/km.

No es recomendable que abras el filtro de partículas para eliminar directamente el hollín. No es sencillo acceder a él (está sellado) y debes tener conocimientos de mecánica para manipularlo correctamente.

¿Cuánto cuesta cambiar un filtro de partículas?

Si no hay más remedio, te tocará comprar un filtro nuevo. Su coste en un coche de valor medio es de entre 800 y 1.000 euros más la mano de obra. Como opción añadida, algunos talleres recuperan el filtro si está mal: lo abren con una radial, vacían las celdas y vuelven a montarlo como estaba. En este caso, el coste ronda los 400 euros.

Consejos para conservar el filtro de partículas

  • Comprueba el nivel de aceite (una vez al mes, al menos) y que esté entre el mínimo y el máximo.
  • Si tienes un diésel y sólo circulas por ciudad, sal de vez en cuando a carretera para que el filtro de partículas se vaya limpiando.
  • Cumple con los programas de mantenimiento de la marca. No dejes pasarlos, tu coche y tu bolsillo lo agradecerán.

¿Tienes un problema con el filtro de partículas o su testigo de avería?
Acude a uno de los talleres RACE Eurekar donde repararán la avería con la garantía del RACE.

¡Encuentra tu taller RACE Eurekar!

Compartir:
Compartir:
Más sobre Tecnología y motor