Aire neumático

Existe una falsa y peligrosa creencia de que llevar los neumáticos con un exceso llamativo de aire de lo que recomienda el fabricante facilita el manejo de la dirección y es beneficioso para el bolsillo, ya que el consumo de carburante va a ser más reducido. La explicación de esta bajada se debe a que la superficie de contacto de la goma con el asfalto es menor, así que la resistencia de la rodadura se reduce y, por tanto, el coche tiene que realizar menos esfuerzo para desplazarse.

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Puede que se consiga reducir testimonialmente el consumo, sin embargo, no compensa realizar esta práctica ya que a cambio vas a penalizar en tu seguridad. Aquí cabe preguntarse entonces: ¿qué ocurre cuando un neumático tiene mucho aire y qué consecuencias pueden acarrear?

¿Qué pasa si un neumático tiene mucho aire?

Tal como explicamos en otros artículos sobre la presión de inflado de los neumáticos de un vehículo, no todas las ruedas de los coches tienen la misma presión de inflado, aunque según Juan Manual García Llorente, asesor técnico del RACE, sí que hay una presión más común que se suele situar entre los 2 y 2,5 bares. Esta medida permite al vehículo tener un equilibrio entre el consumo de combustible, la comodidad de marcha y la seguridad en la frenada.

Si te pasas en hasta 0,5 bares de esta presión recomendada no va a ocurrir nada, los neumáticos están preparados para ello. Sin embargo, el problema llega cuando te excedes en varios bares el inflado de los neumáticos y, por ejemplo, en lugar de tenerlos en una presión de 2,5 bares los tienes a más de 3 bares. Esto va a afectar al comportamiento del coche en varios aspectos:

  • Desgaste irregular: a mayor presión de inflado, el neumático va a tener cada vez menos superficie de contacto con el suelo salvo en la parte central, así que se va a desgastar mucho más por esta zona en lugar de por toda la banda de rodadura de forma equitativa.
  • Menor agarre: ante un exceso de presión, la superficie de contacto del neumático con la carretera es menor y, por tanto, ante una frenada de emergencia el agarre va a ser peor con lo que el coche va a recorrer más metros sin poder detenerse.
  • Conducción más incómoda: si un neumático está muy inflado va a provocar que rebote más sobre el asfalto y no absorba tanto las irregularidades del terreno.
  • Riesgo de pinchazo o reventón: este aspecto está íntimamente ligado con los tres anteriores. Si todo el esfuerzo recae sobre un solo un punto del neumático, es más probable que llegue a haber un reventón a causa del exceso de presión de inflado. Es de vital importancia aclarar que el reventón sólo se va a dar en estas condiciones si la presión de inflado es muy superior a lo recomendado por el fabricante. El riesgo real del reventón llega normalmente por tener la presión más baja de lo recomendado.

Para que nunca te pases a la hora de inflar la rueda, debes saber que en la banda interna del neumático se indica la presión máxima de inflado (PSI máximo) y en ningún caso te debes exceder de estos números o facilitarás la aparición de deformaciones en la rueda.

También puedes consultar en el manual del vehículo o en una placa que suele aparecer en la tapa del depósito o en el lateral de la puerta del conductor la recomendación de inflado de los neumáticos, que varía en función de la carga y la velocidad del coche.

No olvides que es fundamental revisar en frío la presión de los neumáticos de tu coche, por lo menos, una vez al mes y, por supuesto, no debes retrasar su sustitución. Recuerda que los neumáticos son el único punto de contacto del vehículo con el asfalto y deben estar en perfectas condiciones. Si llegas a tener algún problema con tus neumáticos, recuerda que al ser Socio del RACE tienes una garantía de neumáticos.

Si tienes que cambiar los neumáticos,
acude a uno de los talleres de la red Eurekar, que cuentan con la garantía del RACE.

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