
La proliferación de modelos eléctricos ha supuesto un cambio de concepto en el mercado del automóvil. En muy poco tiempo, los motores propulsados por energías alternativas han pasado de ser una simple anécdota en el parque automovilístico a ir ganando cuota en las nuevas matriculaciones. De hecho, con el paso de los años ha pasado de ser un segmento minoritario a todo un mercado paralelo al de motores de combustión tradicional.
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¿Qué tipos de motores puedes encontrar en la actualidad?, ¿cuál sería tu preferencia según el uso que le vayas a dar?, ¿qué ventajas o inconvenientes tienen unos tipos de motores u otros? A modo de guía orientativa, intentaremos dar respuesta a estas cuestiones.
Los tipos de motores más comunes que se venden en España
En el año 2021 se matricularon en España 859.477 turismos. De ellos, el 45,1% tenía un motor de gasolina, el 19,9% un motor diésel y el 34,9 % un motor de energía alternativa (eléctrico puro BEV, eléctrico de autonomía extendida EREV, híbrido enchufable PHEV, híbrido no enchufable HEV, de hidrógeno, GNC, GNL y GLP).
Estos datos llaman la atención sobre todo si echamos la vista atrás cinco años: en 2016 se matricularon en España 1.147.007 turismos. De ellos, el 56,8% eran diésel, el 40,1 % llevaban un motor de gasolina y el 3,1% restante tenían un motor de energía alternativa. Por tanto, la tendencia está clara: los diésel están desapareciendo, los motores de gasolina mantienen su cuota y los que apuntan maneras son los coches híbridos y eléctricos.
Modelos con motor de combustión
Estos son los vehículos tradicionales, equipados con un motor alimentado por combustible fósil, generalmente gasolina o gasóleo, aunque hoy también podemos encontrar mecánicas alimentadas por gas licuado del petróleo (GLP) o por gas natural (GNC).
Este tipo de modelos precisan de poca explicación: constan de un motor que quema una mezcla de combustible y aire para producir una explosión, que es la que genera el movimiento.
- Los vehículos de gasolina suelen disponer de un consumo un poco más elevado, mientras que los diésel o de gasóleo tienen un consumo más comedido. Las nuevas tecnologías, como la inyección directa o la sobrealimentación, han permitido acercar los rendimientos entre ambos motores más que nunca, aunque no significa que ambos tipos sean idóneos para todo tipo de usos.
- El vehículo diésel sigue siendo más recomendable para aquellos que recorren más kilómetros o que suelen emplear más autopista o autovía. Para aquellos conductores que sepan que su uso va a ser mayoritario en ciudad no es tan aconsejable un motor de gasóleo, a pesar de lo atractivo que pueda resultar la potencia y el consumo de los actuales turbodiésel.
La alternativa del GLP
A estos se le suma la posibilidad de contar con el GLP o Autogas, un gas derivado del petróleo que resulta actualmente más económico al repostar y que puede ser empleado en vehículos ya preparados desde fábrica, los menos, o los equipados con un kit aftermarket, la fórmula más habitual. Para poner en marcha este sistema, se necesita montar un segundo depósito para el gas y realizar modificaciones en la inyección, lo que permitirá que el motor pueda quemar el gas (aunque también puede seguir funcionando con gasolina).
Las ventajas son claras, a pesar de que aumenta ligeramente la cifra de consumo: repostar gas es considerablemente más barato, contamina menos mientras quema gas y el motor disfruta de una combustión también más limpia. Esta solución es ideal para aquellos que no precisen o no deseen un diésel, y tampoco quieran asumir el precio de la gasolina. El inconveniente: la escasez de estaciones de servicio con este tipo de combustible. En este mapa del RACE puedes consultar las gasolineras que están distribuidas por el territorio español.
Modelos híbridos
Constituyen la mayor novedad tecnológica del mercado, puesto que los eléctricos ya existían a principios del siglo XX. En este caso, se recurre a motores de combustión convencionales, a los que se les suma un segundo motor, de tipo eléctrico, que está alimentado por unas baterías de alto-voltaje/tracción. Generalmente, el coche puede operar con cualquiera de los dos motores, o con ambos a la vez en el caso de precisar de más potencia.
Esta tecnología se emplea desde utilitarios hasta modelos deportivos para elevar el rendimiento del vehículo y bajar el consumo y las emisiones. Actualmente, en el mercado encontramos modelos que también permiten enchufar las baterías de alto-voltaje/tracción para ser recargadas, denominados Plug-in Hybrid o híbridos enchufables.
El uso es simple: durante unos kilómetros o al iniciar la marcha puedes emplear el motor eléctrico, sin gastar combustible, y para viajes largos o cuando precises de mayor potencia, entra en funcionamiento el motor de combustión, operando como un vehículo convencional con su rango de autonomía habitual.
Estos modelos son ideales para aquellos que realicen trayectos cortos habitualmente, que estén dentro del rango eléctrico del vehículo, sin necesidad de emplear el motor de combustión o minimizando su uso al máximo. En este enlace te explicamos en profundidad cuáles son las ventajas e inconvenientes de los coches híbridos y los híbridos enchufables.
Modelos eléctricos
Los nuevos modelos de vehículos eléctricos se están abriendo un hueco importante, sobre todo porque las últimas generaciones de baterías de alto voltaje están permitiendo una mayor autonomía del vehículo.
Actualmente hay dos tipos de eléctricos:
- Los eléctricos puros, con un motor eléctrico alimentado por baterías de alto voltaje.
- Los eléctricos de rango extendido, que son como los eléctricos puros con la salvedad de que añaden un pequeño motor de combustión, pero no para mover las ruedas, sino para generar electricidad y alimentar así las baterías, ampliando su autonomía.
Algunos ejemplos son el Chevrolet Volt y Opel Ampera, además del BMW i3, que puede contar con un motor de combustión de manera opcional a modo de generador.
Algunos eléctricos que ya se venden en el mercado ofrecen autonomías cercanas a los 400 kilómetros de uso real, por lo que pueden ser empleados a diario por la gran mayoría de consumidores. Incluso hay marcas que ofrecen más de 600 kilómetros de autonomía, aunque ya hablamos de coches con un coste alto. Por lo general, la mayoría de eléctricos actuales disponen de rangos de autonomía superiores a los 200 kms, por lo que son una buena alternativa para usuarios que destinen el coche a un uso eminentemente urbano y que, o bien no realicen grandes viajes por carretera o dispongan de un segundo vehículo convencional.
Una de las grandes pegas que aún se ciernen sobre este tipo de motores de coche es la escasa infraestructura de recarga para vehículos eléctricos que existen en España, aunque poco a poco el número va aumentando.
¿Con qué tipo de motor te quedas para tu coche?
A continuación, ponemos a tu disposición una tabla con datos orientativos para que puedas elegir la mejor solución para ti:
Kilómetros | Uso | Autonomía | Mantenimiento | Emisiones NOX | |
---|---|---|---|---|---|
Gasolina | Menos de 15.000 kms/año | Ciudad-Carretera | 500-600 kms/depósito | Cada 15.000 kms | 109 g/km |
Diésel | Más de 15.000 kms/año | Carretera | 800 kms/depósito | Cada 20.000 kms | 138 g/km |
Híbrido | Más de 15.000 kms/año | Ciudad-Carretera | 700-750 kms/depósito | Cada 15.000 kms | 89 g/km |
Eléctrico | - | Trayectos urbanos o desplazamientos cortos | 200-250 kms/recarga | Cada 20.000 kms | 0 g/km |
*Estos valores de la tabla son orientativos. Los valores hacen referencia a vehículos con potencias similares y del mismo segmento.
Independientemente del tipo de motor de tu coche, te recomendamos que realices una revisión a tu vehículo.
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