Sistemas ITS

Los Sistemas Inteligentes de Transporte (ITS, por sus siglas en inglés) son soluciones tecnológicas que permiten aumentar la seguridad, la eficiencia y la sostenibilidad del transporte de personas tanto por vías urbanas e interurbanas (e incluso en otros medios de transporte como ferrocarril e incluso por mar y aire). Así, el uso de dispositivos como cámaras, radares, aforadores (para controlar la capacidad de las vías) y demás hace que ya sea posible controlar el estado del tráfico e informar a los usuarios de posibles incidencias en la vía, como accidentes o condiciones climatológicas adversas. Pero el potencial es mucho mayor y las ventajas, numerosas.

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¿Qué impacto tienen los sistemas ITS?

Para 2025, la UE habrá invertido ya 3.500 millones de euros para la adopción de una tecnología que viene empujada por las crecientes necesidades de movilidad urbana e interurbana. No obstante, el desarrollo de los sistemas ITS en España es todavía dispar: “En general hay una buena implementación en las principales ciudades y corredores de transporte, sobre todo en la red transeuropea, pero mucho menor en entornos despoblados”, afirma Ana Condeco, codirectora del máster en Ciudades Inteligentes y Sostenibles de la Universidad Complutense de Madrid. Por otra parte, las ciudades de más de 50.000 habitantes están obligadas a tener un Plan de Movilidad Sostenible que incluya la incorporación de diferentes ITS en el entorno urbano.

Aunque pueda sonar fantasioso, en un futuro no muy lejano tu coche se podrá comunicar no solo con el resto de vehículos presentes en la vía, sino también con otros elementos del tráfico como ambulancias, grúas, parkings inteligentes o centros de control del tráfico: se les conoce como sistemas cooperativos, y su implantación está prevista a largo plazo tanto en vías urbanas como interurbanas. Será también posible coordinar el flujo del tráfico de forma que puedan incluso atravesar toda una ciudad sin sufrir la inconveniencia de los semáforos en rojo, que, además, se abrirán a la llegada de los vehículos de emergencia. Pero el impacto real ya se puede observar y, en algunos casos, forma ya parte del paisaje habitual de la red de carreteras.

El uso de sensores multimodales e informática perimetral ayuda, por ejemplo, a monitorizar la velocidad media de las carreteras y optimizar el flujo del tráfico, recurriendo a carriles reversibles o de alta ocupación y reduciendo la congestión de las vías y las emisiones contaminantes (con un procesamiento de datos que, gracias al 5G, se produce casi en tiempo real). Los Sistemas de Ayuda a la Explotación (SAE), que incluyen tecnología GPS, facilitan a las empresas de transporte público o de mercancías que puedan en todo momento saber dónde están sus vehículos y mejorar tanto sus costes y eficiencia como la experiencia de los usuarios, disminuyendo los posibles retrasos.

Los sistemas inteligentes de transporte, en cualquier caso, incluyen una amplia gama de dispositivos con numerosas aplicaciones dentro y fuera de los centros urbanos. La instalación de cámaras hace posible regular la entrada en zonas restringidas de la ciudad; y los sensores de paso de peatones indican la densidad de usuarios en cada zona de la ciudad a determinados momentos del día, lo que permite hacer una mejor gestión de servicios y saber dónde hay mayor demanda. Las luces de emergencia V16 ayudan a geolocalizar tu vehículo si te quedas parado en cualquier tipo de vía, y también es posible monitorizar y gestionar el tráfico de mercancías peligrosas.

Desde la perspectiva de los usuarios, añade Condeco, “las ITS están aportando una información valiosa sobre las condiciones de tráfico de las calles y carreteras, permitiendo calcular rutas alternativas; apps que informan sobre la oferta de servicios de transporte disponibles en una determinada zona y que permiten acceder a múltiples servicios de movilidad, el pago de aparcamientos y peajes, por citar solo algunos”. El impacto sobre la seguridad vial es también importante, sobre todo teniendo en cuenta que las muertes de peatones han aumentado un 46 % en la última década, según Intel.

Tecnología al servicio de la seguridad y movilidad

Como hemos visto, las nuevas tecnologías juegan un papel esencial en la implementación presente y futura de los sistemas ITS, tanto en lo que respecta a la eficiencia y sostenibilidad como a la seguridad y la movilidad de los usuarios. Así, con el objetivo de reducir la mortalidad provocada por los accidentes de tráfico e incrementar la seguridad del transporte en carretera, todos los coches nuevos deben de venir ya provistos del sistema de llamada de emergencia eCall, que realiza una llamada automática al 112 en caso de siniestro y facilita información clave como la ubicación del vehículo, el número de ocupantes y la gravedad del accidente.

En lo que respecta a la movilidad ciudadana , jugarán un papel importante los sistemas integradores de servicios de movilidad (lo que se conoce como MaaS, Mobility as a Service). “Se trata de un nuevo paradigma de la oferta de servicios de transporte, que pretende agregar diferentes servicios de transporte en una única aplicación que permita al usuario no solo consultar y planificar sus rutas con distintas alternativas de transporte, sino también pagar los diferentes servicios contratados”, replica Condeco. En España, por ejemplo, existen varios programas piloto, como Mobility Madrid 360 o Doco (de Renfe), si bien se encuentran aún en una fase incipiente. Un ejemplo más desarrollado lo puedes encontrar en Finlandia, con Whimapp.

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