Qué es un TPMS

Desde noviembre de 2014 es obligatorio que todos los coches nuevos, independientemente del precio y el segmento al que pertenezcan, tengan un sistema que controle si los neumáticos pierden o no aire.

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A este indicador de presión de neumáticos se lo conoce como TPMS (Tire Pressure Monitoring System) y consiste en una señal de monitorización de la presión de los neumáticos. El TPMS puede ser de dos tipos: directo o indirecto. Arturo Miguel Rojo, responsable de la asistencia técnica del RACE, explica cada uno de ellos con más detalle.

El TPMS directo: lo vas a ver en coches de lujo

El técnico del RACE asegura que el TPMS directo lo tienen normalmente los coches de alta gama. Lo puedes reconocer si en el panel de instrumentos te aparece la medición exacta en bares de la presión de los cuatro neumáticos del coche. Algún modelo exclusivo incluso puede mostrar la información de la presión del neumático de repuesto.

Dentro de la rueda, a la altura de la válvula (el saliente de goma que utilizas para inflar los neumáticos), pero por el interior de la rueda hay un sensor que mide en todo momento la cantidad de aire y presión que tiene el neumático. Esa información se transmite, a través del envío de una señal, al interior del vehículo.

La gran desventaja de este sistema es que tiene una vida útil de entre 5 y 7 años porque es lo que dura la pila del sensor.

TPMS directo

El TPMS Indirecto: el más común entre los coches

El TPMS indirecto es un sensor que va en la parte exterior del neumático. Recibe información de elementos como el ABS, la frenada, la tracción y la presión de las ruedas.

El funcionamiento del TPMS indirecto es el siguiente: este sensor es muy sensible y capta la más mínima pérdida de presión de aire del neumático. Si a una rueda le falta aire, el diámetro de su circunferencia es menor por lo que va a haber una pequeña desincronización en el giro de la rueda: la que ha perdido presión tiene que dar algo más de vuelta que la que tiene el aire correctamente. Esta descompensación va a provocar que se encienda el testigo de presión de neumáticos en el interior del coche porque el TPMS indirecto mide la velocidad de rotación de las ruedas.

Este sensor es el que más se utiliza en la mayoría de los coches. Es muy útil porque así sabes que tienes una rueda con menos presión (en los coches antiguos debías ir a menudo a la gasolinera para comprobar los niveles de las ruedas), aunque no sabes cuál de las cuatro es.

Al ser un sistema muy sensible, puede ocurrir que se active el testigo a menudo en el cuadro de instrumentos. Te ponemos varios ejemplos de por qué se puede activar:

  • Si hay una diferencia drástica de temperatura entre la noche y el día, la presión del interior del neumático varía.
  • Si das un golpe a un bordillo con el neumático, la presión también puede cambiar.
  • Pasar por las juntas de dilatación de una carretera puede modificar la presión de las ruedas al haber un cambio brusco del terreno.
  • Pasar rápidamente por un badén elevado también puede provocar el cambio de presión.

Estas situaciones pueden provocar que al usuario le entre la duda de si ha pinchado el neumático. Si es tu caso, tiene fácil solución: pasar por la gasolinera cuanto antes para corregir la presión del neumático afectado. Como el testigo no te indica qué rueda es, debes comprobar la presión de los cuatro neumáticos (y de vez en cuando también la rueda de repuesto).

Una vez que hayas rellenado de aire los neumáticos, según la recomendación del fabricante, es muy importante que resetees la información en un botón que hay dentro del coche (en algunos coches no es necesario y el reseteo es automático). Si no, aunque hayas hinchado la rueda, seguirá apareciendo el testigo de falta de presión en el cuadro de instrumentos.

Si el testigo de la presión de los neumáticos no para de parpadear significa que el sistema no está funcionando bien. En ese caso, tendrás que llevar el coche a un taller como los de la red Eurekar para comprobar dónde está el fallo.

Recuerda que llevar unos neumáticos con exceso o falta de presión puede repercutir en tu seguridad, en el gasto de combustible y en el propio desgaste de los neumáticos. Por eso, comprueba siempre el estado de tus ruedas y tenlas con la presión que recomienda el fabricante.

TPMS indirecto

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