El motor de un coche de combustión está repleto de piezas metálicas que están continuamente en movimiento y muchas de ellas tienen un rozamiento: pistones, bielas, cigüeñal… deben estar en contacto para transmitir la fuerza del propulsor hasta las ruedas. Para evitar un desgaste excesivo, cada una de esas piezas está lubricada con el aceite del motor.
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Por norma general, un motor, que tiene una capacidad de albergar entre 3 litros y 8 litros de aceite (dependiendo del cubre cárter y el número de cilindros del coche), siempre consume algo de aceite con el tiempo. Esto ocurre porque, con el paso de los kilómetros, el aceite va perdiendo su viscosidad por lo que se vuelve más líquido. Al ser más líquido, se cuela por las piezas del motor (por ejemplo, entre los segmentos y las paredes de los cilindros) y es cuando se quema en la cámara de combustión y sale humo azul por el escape. Según cuál sea el desgaste natural de las piezas, lo normal es que ese consumo sea de hasta 1 litro cada 1.000 kilómetros. Ahora bien, ¿qué ocurre si mi coche consume mucho aceite?
Las causas más comunes por las que el motor gasta aceite
Además del propio desgaste de las piezas del motor, Rafael Soriano, asesor técnico del RACE, explica otras causas por las que puede haber un consumo excesivo de aceite, tanto en un motor diésel como de gasolina:
- El eje del turbo coge holgura y quema el aceite metiéndolo hacia las caracolas, tanto de admisión como de escape. Este aceite se utiliza para refrigerar el turbo dado que puede llegar a girar a más de 90.000 rpm. Si esta pieza no estuviese lubricada, se soldaría en menos de un minuto. Por eso, es tan importante hacer el mantenimiento del coche antes del kilometraje.
- El intercambiador de calor del sistema del aceite-refrigerante. Este radiador, que está en la gran mayoría de los coches, tiene en su interior dos circuitos: uno en el que circula aceite y otro en el que circula líquido refrigerante para enfriar más el aceite. En este intercambiador, los dos circuitos tienen diferentes presiones. Cuando ya hay un desgaste por kilometraje, la mayor presión del circuito de aceite vence a la del refrigerante y se llegan a mezclar los dos líquidos. Como consecuencia, si compruebas el aceite por la varilla, no aparecerá entre las marcas de máximo y mínimo, y en el bote del líquido refrigerante aparece un líquido marrón, que es el producto de la mezcla de ambos.
- Un desgaste en los retenes, que son unos tacos de goma que aíslan ciertas zonas del motor, también puede provocar un exceso de pérdida de aceite en el motor si llegan a endurecerse y cuartearse. Es muy normal, por ejemplo, la pérdida de aceite en un retén del cigüeñal.
- Las guías de válvulas están sometidas a grandes esfuerzos y movimientos continuos durante el tiempo en que está el motor en marcha. Esto implica un desgaste. Desde la tapa de balancines, que está engrasada, puede caer aceite a través de estas guías de válvulas hacia la cámara de combustión.
- Un sobrecalentamiento puede combar la zona de apoyo de la culata, lo que comúnmente se conoce como ‘culatazo’. Es una superficie que debe estar completamente plana (hablamos de micras) por lo que al mínimo desnivelamiento puede conectar un circuito de refrigeración con el lubricante y es entonces cuando hay pérdida de aceite. Es una de las averías más caras y no siempre es aconsejable su reparación por el desembolso de dinero que supone.
Si quieres evitar que tu coche consuma mucho aceite debes hacer los mantenimientos cuando los marca el fabricante. Si no te quieres ensuciar las manos, puedes llevar tu coche a cualquier taller de la red eurekar con la garantía del RACE.
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