ITV voluntaria

La Inspección Técnica de Vehículos (ITV) es un trámite de evaluación periódica obligatoria que en España se debe pasar de manera semestral, anual o bianual, según la antigüedad del vehículo y su periodicidad. Sirve para garantizar que el vehículo no presenta ningún defecto grave que suponga un riesgo para la seguridad vial y para detectar cualquier otro problema que deba ser subsanado antes de volver a circular.

En el RACE te ofrecemos la ITV a domicilio, solicitamos la cita previa por ti,
llevamos el coche a pasar la revisión, y te lo devolvemos donde nos digas.

¡Quiero saber más!

Sin embargo, la ITV puede pasarse también de forma voluntaria, a iniciativa del propio conductor y sin que ello le exima en ningún caso de la obligación de realizarla de nuevo cuando llegue la fecha de la inspección reglamentaria. Puede hacerse de forma completa o parcial, y su precio, aunque no está regulado como en la obligatoria, suele ser inferior a esta. En este artículo te contamos en qué consiste cada una y cuáles son las ventajas de pasarla voluntariamente.

Clases de ITV voluntaria

Acudir de forma voluntaria a una estación de ITV es un buen método preventivo para detectar posibles problemas antes de que estos se conviertan en defectos más graves y costosos. Puede ser especialmente útil antes de realizar un viaje largo o, por ejemplo, si estás pensando en comprar un coche de segunda mano y quieres asegurarte primero de que el coche está en perfectas condiciones, es decir, que no oculta ningún defecto importante no visible a simple vista, como un problema en la suspensión o en los frenos.

Al tratarse de una inspección voluntaria, puedes elegir entre dos tipos: una revisión completa, que vendría a ser la misma que pasas obligatoriamente; o una revisión parcial, para verificar “el correcto funcionamiento de algún elemento o sistema específico del vehículo, por ejemplo, el de frenos, dirección o emisiones”, tal y como explican desde AECA-ITV (Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos).

En cualquier caso, ten presente que el hecho de acudir de forma voluntaria no significa que puedas ignorar el dictamen de la revisión: si se detecta algún defecto grave o muy grave que necesite ser reparado, deberás solucionarlo y acudir de nuevo para certificar que se ha corregido debidamente.

El proceso para solicitar una ITV voluntaria no podría ser más sencillo: tan solo hay que pedir cita previa y desplazarse a un centro de revisión autorizado.

Antes de comprar un coche de segunda mano

Pasar una ITV voluntaria antes de concretar la compra de un vehículo usado es sin duda una de las mejores maneras de evitar sorpresas desagradables a corto o medio plazo. Y es que podría sucederte que, una vez comprado y cuando te tocara pasar la ITV periódica, esta resultara desfavorable por algún defecto mecánico oculto, porque contamina mucho o porque, por ejemplo, el coche tiene una reforma que no ha sido convenientemente legalizada.

Hay que tener en cuenta, además, que realizar un correcto mantenimiento del vehículo te garantiza un funcionamiento eficiente de todos sus componentes, lo que a su vez tiene un impacto positivo tanto en el consumo de combustible como en la propia seguridad de sus ocupantes: según un estudio de la Universidad Carlos III de Madrid, gracias a las inspecciones técnicas realizadas a lo largo de 2021 se evitaron 15.641 siniestros viales, 13.110 heridos y 148 muertes.

Por otro lado, un vehículo que ha pasado una ITV voluntaria y se encuentra en buen estado general puede tener un valor de reventa más alto que uno que no ha sido inspeccionado, además de ser un factor de confianza decisivo de cara al posible comprador.

Evita las posibles multas

Recuerda que conducir con una ITV caducada o desfavorable se considera una infracción grave, y por lo tanto castigada con una multa de 500 euros, pudiendo suponer la inmovilización e incluso la retirada del vehículo. Si, por el contrario, has pasado la ITV pero no llevas la pegatina colocada en el parabrisas del vehículo (o en lugar visible de la moto), te arriesgas a una multa de 80 euros (sin retirada de puntos).

Aún más grave es el hecho de manipular la pegatina de la ITV para simular que se ha pasado la inspección: ello se considera un delito de fraude documental y supone una multa que oscilaría entre los 6.000 y los 12.000 euros, e incluso una pena de cárcel de entre tres y seis meses.

Revisa el estado de tu vehículo antes de pasar la ITV en uno de los talleres de la red Eurekar,
que cuentan con la garantía del RACE.

¡Encuentra tu taller más cercano!

Compartir:
Compartir:
Más sobre Seguridad vial