Orquilla embrague

En un coche con cambio manual el embrague es una pieza clave. Es el encargado de transmitir la fuerza del motor a las ruedas a través de la caja de cambios. La complejidad técnica de un embrague va mucho más allá de simplemente pisar el pedal izquierdo para desacoplar el motor y que no transmita su potencia a través de la transmisión. Tiene multitud de piezas que se mueven y, entre ellas, está la horquilla del embrague.

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Rafael Soriano Rojas, del Área de Reparación e Innovación mecánica RACE, define la horquilla del embrague como la pieza mecánica que empuja el desembragador para desacoplar el motor. El pedal que pisas con tu pie izquierdo va unido a una bomba o cilindro maestro que, a su vez, conecta con una canalización que está en contacto con un cilindro esclavo, que es el encargado de mover la horquilla del embrague hacia atrás o hacia delante.

La horquilla de embrague, que tiene una forma de “U”, incide sobre el cojinete de embrague, que tiene como misión empujar la masa de presión y embragar el vehículo en última instancia (recuerda que el coche, por defecto, siempre va a estar desembragado). Así, por fin llega el paso de engranar una velocidad y levantar el pie del embrague para que el coche se pueda poner en marcha.

La horquilla de embrague suele ir con el cojinete integrado aunque a veces el cojinete puede ser externo. Su funcionamiento es el mismo, aunque el segundo es mecánico y mucho más antiguo que el primero. De ahí que hace unos años pasase a ser hidráulico para unificar lo máximo posible esta parte de las piezas del embrague.

Los síntomas de una horquilla de embrague rota o desgastada

Los síntomas de que una horquilla de embrague está rota o en mal estado son variados:

  • Aparece algo de holgura en el pedal del embrague: se produce entre el cojinete y la horquilla del embrague. Esto significa que vas a notar cómo el pedal hace un recorrido en vacío sin que el disco embrague o desembrague la transmisión.
  • Surge una pequeña vibración en el pedal: si la horquilla de embrague tiene mucho desgaste, es posible que deje de estar en su posición original y es cuando puedes notar que el pedal del embrague vibra.
  • No se meten las marchas: si la horquilla de embrague está rota, es probable que no se pueda ejercer la presión adecuada para desacoplar el embrague, de ahí que no se pueda cambiar de velocidad y se produzca un “rascado” a la hora de mover la palanca de cambios.
  • Se oye un chirrido: este síntoma no indica tanto que la horquilla de embrague está rota, sino que se le está yendo la grasa que permite su lubricación y esto, a largo plazo, sí que puede producir una rotura.

Ante un fallo de la horquilla del embrague puede aparecer un testigo rojo de fallo relacionado con la transmisión. Si notas alguno de estos síntomas, lo mejor es que visites un taller (como los de la red Eurekar con la garantía del RACE) cuanto antes para que arreglen el problema y eviten una avería mayor.

¿Cuánto cuesta cambiar una horquilla de embrague rota?

Una horquilla de embrague rota es una pieza barata de sustituir (puede rondar los 20 euros). Sin embargo, el problema llega a la hora de acceder a ella. La sustitución conlleva muchas horas de mano de obra (según el taller al que vayas puede costar entre 35 y 100 euros aproximadamente) porque hay que quitar la caja de cambios, que puede llegar a implicar hasta 12 horas de trabajo entre el desmontaje y el montaje. Por eso, se suele recomendar sustituir la horquilla de embrague cada dos cambios del disco de embrague, aunque no esté la pieza rota.

Si tienes un problema con la horquilla de embrague de tu coche, acude a uno de los
talleres RACE Eurekar donde te daremos la solución.

¡Encuentra tu taller!

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