Percepción del riesgo al conducir

Si vas conduciendo un coche o una moto tienes que poner los cinco sentidos en la carretera porque en cualquier momento puede ocurrir un imprevisto. Aunque conducir es un placer, también implica que tienes que estar alerta: nunca sabes si va a aparecer un niño con una pelota botando, un animal cruzando la carretera, alguien que se ha saltado un semáforo… Por eso, es importante tener una percepción del riesgo, una habilidad que te permite detectar, identificar y reaccionar ante una situación imprevista.

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La percepción del riesgo se puede entrenar con una conducción preventiva

Ante una situación de riesgo, muchas veces debes decidir si esquivar un objeto en la carretera, frenar con la suficiente antelación, acelerar… la manera en que realices estas maniobras te puede salvar en muchas ocasiones de un accidente. Sin embargo, antes de llegar a este extremo está tu percepción de riesgo, que también se puede entrenar para evitar con suficiente antelación esa situación peligrosa.

Esto es lo que coloquialmente se llama “leer la carretera” y no todo el mundo nace con la misma habilidad. La experiencia es un grado y, por norma general, un conductor con muchos años al volante va a poder identificar un posible riesgo antes que un conductor novel que se acaba de sacar el carnet de conducir.

Para poder tener una mejor percepción del riesgo existen cursos con los que puedes entrenar esta habilidad. En el RACE, por ejemplo, entre todos los cursos que impartimos en el Circuito de Madrid Jarama-RACE, hay uno específico sobre conducción preventiva y segura enfocado a los conductores jóvenes que acaban de salir de la autoescuela. Y no es el único: para los que tienen más experiencia, pero quieren mejorar su conducción existe un curso de perfeccionamiento con el que también desarrollarás tu percepción del riesgo (cómo evitar el aquaplaning, cómo realizar una conducción con lluvia, cómo debes prepararte para negociar una curva complicada, etc.).

Cómo mejorar la percepción del riesgo: reconoce algunas situaciones peligrosas que debes prevenir

A continuación, listamos una serie de riesgos a los que te vas a enfrentar en tu día. Si te encuentras con alguno, generalmente tendrás que reaccionar reduciendo la velocidad, frenando o cambiando de dirección:

  • Un niño botando una pelota. Es posible que se le escape la pelota y vaya detrás de ella corriendo, sin darse cuenta de que hay vehículos cerca.
  • Cuando circulas dentro de una rotonda por el carril exterior. Hay ciertos conductores que todavía no saben cómo circular en una rotonda y salen dibujando una recta sin ni siquiera señalizar con los intermitentes. Si vas por el carril exterior, es posible que un conductor se te cruce por la izquierda, así que estate atento ante esta circunstancia cotidiana.
  • Cuando el semáforo está en ámbar y tienes un coche pegado detrás. Tienes que prevenir tu frenada si el vehículo que va detrás está demasiado cerca y ves que su intención es la de acelerar en el semáforo antes de que se ponga en rojo.
  • Si un vehículo se está aproximando a tu carril. Si ves que un coche está en su carril, pero se aproxima poco a poco al tuyo es muy posible que no te haya visto y vaya a cambiar de carril sin poner el intermitente. Atento a esta situación, que es muy común.
  • Si te aproximas a un paso de peatones. Debes reducir la velocidad e incluso detenerte si hay peatones próximos a esta zona.
  • Cuando conduzcas por una zona escolar. Significa que hay niños cerca y estos, por su naturaleza, son imprevisibles a pesar de que cada vez tienen más formación en educación vial.
  • Si cruza una persona con movilidad reducida o personas mayores, debes ser paciente y consciente de que es posible que se desplacen más lentos.
  • Si hay ciclistas próximos, debes extremar la precaución y dejar una distancia mínima de 1,5 metros en el caso de que quieras adelantarlos.
  • Cuando vas a adelantar un coche, tienes que tener la percepción del riesgo muy entrenada para juzgar si supone una situación de peligro el hecho de adelantar a un vehículo.
  • En las incorporaciones se puede producir una situación de riesgo, sobre todo si vas por una vía de alta velocidad y el que se une circula a baja velocidad o incluso está parado.
  • Cuidado con los vehículos que están aparcados y dan marcha atrás. Si ves que se enciende una luz blanca en la parte trasera de un coche es que hay un conductor que pretende dar marcha atrás para incorporarse al tráfico y es posible que no te haya visto.
  • No vayas cerca de los coches en una calle. Es posible que un ocupante de un coche abra la puerta sin mirar.
  • Cuidado con los ángulos muertos y la visibilidad, sobre todo con las motos y otros vehículos de dos ruedas, que ocupan menos espacio.
  • Si aparece un obstáculo en la carretera, debes percibir el riesgo con bastante antelación para juzgar si es posible esquivarlo o si tienes que parar porque no hay forma de sortearlo.
  • Si hay un vehículo aparcado en segunda fila es posible que, quien vaya por ese carril ocupado quiera adelantarlo. Hay quien no señaliza y ocupa directamente parte de tu carril sin avisar. Cuidado con esta situación porque es muy común en las ciudades.
  • Si circulas cerca de un conductor novel con la L en su coche o estás cerca de un coche de una autoescuela tienes que ser consciente de que suponen un riesgo por la falta de experiencia y habilidad. Deja la distancia adecuada por si surge un imprevisto.

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