Concept car

Hasta que un coche pasa a ser algo tangible que se puede comprar en un concesionario pasa mucho tiempo y requiere muchísimas horas de trabajo. En todo ese proceso, el concept car es la primera fase de ese gran proyecto y no siempre va a resultar un producto que salga a la calle.

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Si piensas en un concept car, lo más normal es que te venga a la mente un prototipo que parece venir del futuro, con un diseño muy distinto de lo que has visto hasta ahora y, por supuesto, muy diferente a los modelos de coche que se ven circular por la carretera. Efectivamente, una de las funciones de un concept car es atraer las miradas de la gente y hacer imagen de marca, ya que pretende fijar la atención y hacer girar el cuello de aquellos que lo ven gracias a diseños que llegan a parecer oníricos o salidos directamente de la película Tron Legacy. Sin embargo, también existen otras dos funciones en un concept car:

  • Da las pistas de un futuro coche de producción: más allá del concept car con un diseño futurista del que sólo se construirá una unidad como mucho y su producción en serie nunca será una realidad, también existen los prototipos que van a servir de referencia tanto estética como tecnológicamente para sacar un coche en un futuro próximo. Son concept cars con líneas estéticas más llamativas y modernas con los que las marcas sondean el grado de éxito que pueden tener estos coches.
  • Es un adelanto visual directo del siguiente coche que la marca va a montar en su cadena de producción: su diseño como prototipo es el que más se acerca al siguiente modelo que el fabricante lanzará a la calle. Al contrario que las otras opciones, este concept car es más probable verlo en vivo y no en un diseño de ordenador en 3D o en una maqueta. Por tanto, es la propuesta más realista de todos los tipos de concept car que hay.

El lugar más común donde vas a encontrar un concept car es en los grandes salones del automóvil que se organizan año tras año, aunque no es el único lugar. También están en los museos de coches e incluso en colecciones privadas de algún multimillonario o de un gran aficionado a la automoción.

El concept car: el mejor escaparate para la tecnología del futuro

Desde hace más de 100 años, los concept cars han servido de escaparate para mostrar cómo se podría aplicar a los coches de calle la tecnología más moderna y los avances de las carreras: retrovisores que desaparecen para dar paso a cámaras, aerodinámica (Cx) mejorada con aletas y alerones, sistemas de navegación, puertas que se abren en diferentes direcciones, techos corredizos para entrar al habitáculo, la electrificación o la inclusión de motores híbridos, la conducción autónoma, el uso de pantallas digitales cada vez más grandes y con más pulgadas…

¿Cómo es el proceso de creación de un concept car?

Todo gran proyecto requiere de una buena idea inicial y para tenerla hay que dedicar muchas horas de trabajo. Por eso, las marcas entendieron que debían tener un departamento en el que sólo se dedicasen al desarrollo de prototipos y concept cars. A partir de aquí, el proceso para desarrollar un concept car es el siguiente:

  • Briefing de ideas: se puede partir de algún modelo ya desarrollado por la marca para hacer un lavado completo de cara, aunque lo más común es que se parta de cero y se propongan nuevas ideas de diseño.
  • Bocetos: una vez que se concretan algunas ideas, llega el momento de dibujarlas en bocetos. No sólo habrá dibujos del vehículo en general, sino de cada uno de los detalles.
  • Diseño en 3D por ordenador: Del lápiz y la mano se pasa al ordenador y se diseña el dibujo en 3D para tener una idea del concept car con volúmenes.
  • Maqueta: tras el trabajo de ordenador, toca convertirlo en algo real y físico con diferentes maquetas de distintos tamaños. Para ello, se utiliza la arcilla sintética o el modelo clay. Diferentes artesanos y escultores dedicarán horas de trabajo hasta que el diseño quede acabado. Como base estructural de la arcilla se utiliza corcho, foam, cartón, madera o metal, aunque también se está utilizando cada vez más la impresión en 3D. Para conseguir un acabado realista, se añade a la maqueta unas llantas con neumáticos y, para que parezca un vehículo pintado, se utilizan unas láminas denominadas DI-NOC.
  • Algunos de los prototipos que muestran las marcas no vienen ni siquiera con algún tipo de motor, son sólo eso: una maqueta. Otros sí que incluyen un pequeño motor eléctrico para que tengan algo de movilidad. No obstante, si el propósito del concept car es anunciar nuevas motorizaciones, es más probable que los incluyan como estrategia de marketing para darles mayor visibilidad.

    Si el concept car pasa a ser una realidad, la marca fabricará varias decenas de mulas o coches de pruebas y los pondrá a rodar en la calle con camuflajes muy llamativos hasta que finalmente comience la venta del coche de producción.

    Lo más divertido de los concept car: verlos con detalle


    Harley J. Earl montado en un Buick Y-Job. *Fuente: James Vaughan / Flickr

    Uno de los concept cars más famosos de la historia, que se considera uno de los primeros en desarrollarse junto con el Volvo Venus Vilo, es el Buick Y-Job de 1939. Era un descapotable biplaza espectacular de más de cinco metros de longitud que incluía elementos tan novedosos para la época como luces delanteras retráctiles o el techo descapotable eléctrico. El genio que lo hizo realidad fue Harley J. Earl, creador también del Chevrolet Corvette. Y lo mejor de todo: ¡funcionaba como si fuese un coche de serie!

    Otros concept car que debes conocer:

    • El Lincoln Futura, un cupé de dos puertas del año 1955 que sirvió de referencia para crear el coche de Batman en la serie de televisión que se estrenó en 1966.
    • El Mercedes C111, del que se crearon varios prototipos, fue un experimento en el que se probaron varios motores, incluido el Wankel. Aunque no se llevó a producción, marcó las pautas para otros modelos de producción que sí vieron la calle.
    • Lamborghini Genesis: un prototipo de la marca que era un monovolumen deportivo con alas de gaviota.
    • Lancia Bertone Stratos Zero: uno de los prototipos más bajos de la historia con menos de 90 cm de altura.

    Estos concept cars no llegaron a pasar a modelos de producción. Sin embargo, otros sí que lo hicieron: BMW i8, Range Rover Evoque, Citroen DS5 o el Toyota C-HR, entre otros.

    Si tienes tiempo y te gustan los coches, uno de los mejores pasatiempos es descubrir los concept cars que las marcas han ido desarrollando a lo largo de la historia. Te sorprenderán muchas de las propuestas que llegaron a plantear.

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