El 29,1% de los españoles utiliza la Inteligencia Artificial (IA) de manera diaria, mientras un 54,4% lo hace de forma ocasional.
TEXTO: ARANTXA HERRANZ
En España, muchos ciudadanos están ya empleando herramientas basadas en IA (Inteligencia Artificial) casi a diario. Es cierto que este uso se da, a menudo, de forma inconsciente (como, por ejemplo, el navegador nos sugiere cambiar de ruta por una que tiene menos tráfico).
Pero, ¿cómo vemos los españoles esta tecnología de la que se lleva hablando muchos años pero que desde los últimos tres (con la irrupción de ChatGPT) monopoliza buena parte de las conversaciones?
Un estudio (“FEEL IT: Horizonte IA”), realizado entre evercom y UDIT (Universidad de Diseño, Innovación y Tecnología), revela que la IA forma parte de nuestro día a día.
Uso diario
De hecho, los datos señalan que, actualmente, el 29,1% de los españoles utiliza la Inteligencia Artificial de manera diaria, mientras un 54,4% lo hace ocasionalmente. Solo el 16,4% manifiesta no usar nunca estas herramientas, aunque frente a una lista de aplicaciones concretas (asistentes virtuales, dispositivos inteligentes, redes sociales) ese porcentaje desciende llamativamente, lo que apunta a un cierto desconocimiento general sobre la omnipresencia de la IA bajo múltiples formas.
Las plataformas que incorporan IA están tan integradas que el límite entre tecnología y vida cotidiana se difumina. Más de nueve de cada diez ciudadanos (91,3%) muestra interés genuino en la evolución y desarrollo de los sistemas inteligentes, reflejando hasta qué punto la curiosidad tecnológica se ha democratizado, al margen de clases, edades o niveles educativos.
El acceso a la información sobre IA ilustra también esta realidad digitalizada. Las redes sociales se han consolidado como la principal puerta de entrada para conocer y entender los avances en Inteligencia Artificial, preferidas por el 44,1% de los consultados. Mientras, los artículos y blogs online constituyen la segunda fuente, con un 41,4%, y los medios de comunicación tradicionales, lejos de perder relevancia, aún informan al 40,9% de la población interesada.
La percepción de la IA entre los españoles oscila entre la confianza racional y el escepticismo preventivo. Así lo expresa el dato de que un 54,9% confía bastante o totalmente en la integración de estas tecnologías en sus vidas, mientras que una minoría significativa (14,9%) mantiene reservas profundas o no confía en absoluto.
El nivel de confianza se desdibuja por cuestiones como la privacidad y la gestión de datos personales. De hecho, son las principales preocupaciones, ya que dos de cada tres españoles (el 66,3%) reclaman medidas más estrictas para salvaguardar su intimidad en un contexto dominado por algoritmos y big data, mientras que casi la mitad exige la obligatoriedad de identificar los contenidos generados por sistemas inteligentes.
A ello se suma una petición casi unánime de mejorar la educación y capacitación sobre IA, como reconoce un 47,9% de los encuestados, dejando patente que la sociedad quiere ser protagonista activa y no solo receptora pasiva de la transformación digital.
Beneficios y riesgos
En cuanto a los beneficios y riesgos percibidos, el sentir general es que la IA supone un elemento de progreso, aunque no libre de aristas. Solo un 5,4% de los ciudadanos considera que la Inteligencia Artificial no aporta ventajas a su día a día, y un escaso 6,4% argumenta que su uso no implica ningún riesgo.
En cuanto a las ventajas concretas, los españoles creen que esta tecnología sirve para la optimización de tiempos, apoyo para el aprendizaje, facilidades para la comunicación y la organización, y mejoras en la productividad laboral o el bienestar personal.
Sin embargo, también se perciebn ciertos riesgos, como la pérdida de privacidad, dependencia tecnológica, ciberataques, pérdida de empleos por automatización, falta de transparencia y potenciales sesgos en los algoritmos. Eso sí, pese a ello la mayoría de los españoles siguen confiando en el potencial de la IA.
También es cierto que la edad y el género influyen algo en los patrones de uso y curiosidad, aunque el impacto es menos acentuado de lo que cabría esperar.
De esta forma, el uso diario de herramientas de IA es mayor en segmentos jóvenes (la edad media de quienes usan la IA a diario es de 36 años) y disminuye progresivamente en los colectivos de más edad, donde el desconocimiento y la distancia respecto a estas tecnologías crecen. Las mujeres muestran algo menos de frecuencia de uso que los hombres, aunque no presentan diferencias significativas en cuanto a interés o receptividad a la tecnología.
En cuanto a las fuentes de información que se usan para estar al día de la IA, la tendencia se repite: los menores de 25 años se apoyan menos en los medios convencionales y más en redes y foros, mientras que el grupo de mayores de 55 años es el que menos acude a plataformas digitales para aprender sobre IA y más declara no emplear ninguna fuente.
También en la empresa
En el plano empresarial, la integración de la Inteligencia Artificial es ya incuestionable: nueve de cada diez compañías españolas usan algún sistema basado en IA. Además, entre aquellas que aún no la han incorporado, un 60% planea hacerlo próximamente.
¿Para qué están usando la IA las empresas? Básicamente para análisis de datos, automatización de procesos y despliegue de asistentes virtuales o chatbots. El grado de satisfacción con los resultados es prácticamente unánime: el 95% de las organizaciones usuarias valora de forma positiva la experiencia, y el 76% tiene previsto aumentar la inversión en IA durante el próximo año, una ambición que solo desisten de replicar un 5,2%.
El sector empresarial español no ve la IA únicamente como un soporte tecnológico, sino como un factor de competitividad crítico y un motor de cambio en el paradigma laboral. El 96% de las empresas prevé un impacto relevante de la Inteligencia Artificial en su campo en los próximos años, y la demanda de especialistas no hace más que crecer. Actualmente, el 40,6% de las compañías ya dispone de perfiles profesionales específicos en IA, y el 51% tiene la intención de incorporar nuevos expertos de forma inmediata. Se buscan sobre todo profesionales formados en análisis de datos, ciberseguridad, ética algorítmica y programación avanzada, un retrato de los nuevos talentos imprescindibles para la empresa del futuro.