Del 6 al 22 de febrero de 2026 se celebran los Juegos Olímpicos de invierno en Juegos Milano Cortina, que será los 25º de la historias.
TEXTO: JAVIER VARELA
La cuenta atrás hacia los Juegos Olímpicos de Invierno de Milano Cortina 2026 -que se celebrarán del 6 al 22 de febrero de 2026- ha comenzado oficialmente. La llama olímpica, símbolo universal del olimpismo, fue encendida el pasado miércoles 26 de noviembre en una ceremonia marcada por la tradición y el desafío climático en Olimpia, Grecia.
Aunque la liturgia suele llevarse a cabo entre las ruinas del santuario, la amenaza de lluvia obligó a trasladar el acto al interior del Museo Arqueológico. La llama, sin embargo, nació como dicta la tradición desde 1936: la actriz Mary Mina, en su papel de Suma Sacerdotisa, utilizó la luz del sol concentrada en un espejo cóncavo durante un ensayo anterior, asegurando la continuidad del ritual.
Con la presidenta del COI, Kirsty Coventry, como testigo, la antorcha inició su recorrido de la mano del primer relevista, el piragüista Petros Gkaidatzis. Es el comienzo simbólico de un trayecto que une pasado, presente y futuro justo cuando Milano y Cortina d’Ampezzo se preparan para acoger la 25ª edición de unos Juegos que han dejado momentos memorables… y también historias curiosas.
Chamonix 1924 – La semana que se convirtió en historia
Lo que comenzó como una ‘Semana Internacional de Deportes de Invierno’ acabó siendo reconocido como el primer certamen olímpico invernal. Allí nació también el primer campeón de invierno: Charles Jewtraw, ganador de los 500 m de patinaje de velocidad. Su tiempo de 44.0 segundos hoy parece modesto, pero abrió una era deportiva completamente nueva. España acudió con un pequeño equipo de pioneros, abriendo camino a futuras generaciones.
St. Moritz 1928 – Skeleton: la locura helada debuta
La icónica pista Cresta Run, construida en 1884, permitió que el skeleton debutara como prueba olímpica. Su estilo temerario y único convirtió a St. Moritz en un lugar mítico para la velocidad sobre hielo. España no tuvo participación en estos segundos Juegos Olímpicos de invierno.
Lake Placid 1932 – Patinar a la americana
Esta edición introdujo un formato insólito: carreras de velocidad por grupos, al estilo estadounidense. Hubo que esperar 86 años para ver de nuevo algo parecido, cuando el mass start debutó oficialmente en PyeongChang 2018. España tampoco presentó a ningún atleta en esta edición de los JJOO.
Garmisch-Partenkirchen 1936 – El imperio de Sonja Henie
La legendaria noruega Sonja Henie se despidió con su tercer oro consecutivo en individual femenino. Su carisma y dominio transformaron por completo la popularidad del patinaje artístico. De nuevo España no tuvo representación en esta edición.
St. Moritz 1948 – Los Juegos de la Renovación
Tras la Segunda Guerra Mundial, el regreso olímpico estuvo cargado de simbolismo. Primero porque se celebró 20 años después en la misma ciudad que la segunda edición y porque Jack Heaton volvió al skeleton 20 años después de su primera medalla para repetir plata con 39 años. España regresó con representación en deportes de nieve pero sin resultados destacados.
Oslo 1952 – El peso del bobsleigh… y el debate
El impacto del peso de los equipos fue tan grande que motivó la creación de límites oficiales en esta disciplina. Fue también una edición que consolidó la pasión noruega por los deportes nórdicos. España tuvo una participación discreta, especialmente en esquí.
Cortina d’Ampezzo 1956 – El relámpago de Kitz
El austriaco Toni Sailer, apodado ‘El Relámpago de Kitz’, arrasó con tres oros en esquí alpino. Su triple corona inspiró generaciones enteras de esquiadores. La delegación española tuvo una presencia testimonial en estos Juego Olímpicos.
Squaw Valley 1960 – El biatlón, versión retro
El biatlón debutó con reglas muy distintas a las actuales: tiros a diferentes distancias y penalizaciones de dos minutos. Klas Lestander dio a Suecia su primera gloria en esta disciplina en constante evolución. España no tuvo presencia en esta edición.
Innsbruck 1964 – El ejército, héroe inesperado
La falta de nieve obligó a movilizar al ejército austriaco, que aportó 20.000 bloques de hielo y toneladas de nieve para garantizar las competiciones. Una de las mayores operaciones logísticas de la historia olímpica. La participación de España no tuvo resultados destacados.
Grenoble 1968 – Saltar más de 100 metros
Vladimir Belousov y Jiri Raska rompieron la barrera psicológica (y deportiva) de los 100 metros en salto de esquí, transformando la ambición de esta disciplina para siempre. España tuvo presencia en esquí alpino.
Sapporo 1972 – La hazaña que llevó a España al mapa
Francisco Fernández Ochoa, oro en eslalon, convirtió esta edición en la más especial para España al conqistar el primer oro de la deleagación española en unos Juegos Olímpcios de invierno. El trío japonés Kasaya–Konno–Aochi hizo historia al monopolizar el podio del trampolín normal. Fue el inicio del idilio japonés con el salto de esquí.
Innsbruck 1976 – Doble pebetero, doble historia
Tras el rechazo de Denver, Innsbruck volvió a ser sede y lo celebró con dos pebeteros, uno por cada edición acogida. Un gesto único en la historia olímpica. España tuvo una participación destacada por la presencia de esquiadores que siguieron la estela de Paquito.
Lake Placid 1980 – Milagros sobre hielo… y sobre esquí
El ‘Milagro sobre hielo’ eclipsó casi todo, pero otro hito llegó de la mano de Hanni Wenzel, que llevó a Liechtenstein a la gloria con dos oros. El país más pequeño en ganar un oro olímpico de invierno. España tuvo participación en esquí alpino y fondo.
Sarajevo 1984 – Los gemelos que hicieron historia
Phil y Steve Mahre hicieron historia al ganar oro y plata en el eslalon masculino. Un podio tan insólito como memorable por tratarse dos hermanos y además gemelos. Españaya estuvo representada, especialmente en esquí.
Calgary 1988 – Una atleta, dos Juegos, un año
Christa Rothenburger consiguió medalla en los Juegos de Invierno y en los Juegos de Verano del mismo año en patinaje de velocidad (oro y plata en Calgary) y ciclismo en pista (bronce en Seúl), un logro que nadie más ha igualado. España participó pero lejos de conseguir nuevas medallas tras 1972.
Albertville 1992 – España vuelve al podio
España logró su segunda medalla olímpica en Juegos Olímpicos de invierno y la primera de una mujer. Fue Blanca Fernández Ochoa, que firmó un emocionante bronce en eslalon. El patinaje en pista corta debutó oficialmente, y Kim Ki-Hoon ganó la primera medalla de oro olímpica de invierno de Corea del Sur, inaugurando una era de dominio.
Lillehammer 1994 – El bobsleigh que desafió a la guerra
En plena Guerra de Bosnia, un equipo de bobsleigh unió a deportistas bosnios, croatas y serbios en una conmovedora muestra de espíritu olímpico. España participó en esquí y biatlón pero sin grandes resultados.
Nagano 1998 – Curling y snowboard conquistan al mundo
Ambas disciplinas revolucionaron el programa. Canadá brilló en las dos, consolidando su identidad como potencia del hielo y la nieve. La delegación española estuvo representada por el patinaje y esquí.
Salt Lake City 2002 – Hacer un Bradbury
La caída de todos sus rivales dejó a Steven Bradbury con un oro inesperado. Su apellido pasó a ser sinónimo de victoria improbable en Australia.. En esta edición España tuvo una participación reducida.
Turín 2006 – Un salto demasiado caro
Lindsey Jacobellis perdió un oro seguro por intentar un truco innecesario. Solo en 2022 logró redimirse. Su historia es un manual de resiliencia deportiva. España tuvo participación en varias disciplinas, con una notable presencia en snowboard y esquí.
Vancouver 2010 – El gol que paró Canadá
Wayne Gretzky encendió el pebetero, pero el héroe deportivo fue Sidney Crosby, que marcó el ‘gol de oro’ para Canadá en la final de hockey masculino. España contó con una notable presencia con la llegada de nuevas generaciones.
Sochi 2014 – Javier Fernández, cuarto
España tuvo una gran actuación de Javier Fernández, que finalizó cuarto en patinaje artístico, preludio de su medalla posterior. El esquiador acrobático Gus Kenworthy no solo ganó plata: adoptó perros callejeros de Sochi, un gesto que conquistó al mundo.
PyeongChang 2018 – Dos medallas históricas
España firmó su mejor actuación olímpica en cuando a medallas, logrando dos. Una fue para Regino Hernández, que logró el bronce en snowboard cross, mientras que la segunda fue para Javier Fernández, bronce en patinaje artístico, que se había quedado a las puertas cuatro años antes. Eran las dos primeras medallas españolas en 26 años. Las dos Coreas marcharon juntas bajo una bandera unificada. También compitieron como equipo conjunto en hockey femenino, un momento histórico para la diplomacia deportiva.
Beijing 2022 – Queralt, plata en snowboard
Queralt Castellet logró la medalla de plata en snowboard halfpipe convirtiéndose en la quinta deportista española en lograr una medalla en unos Juegos de Invierno -y de hecho la primera de plata- y la primera mujer en tres décadas en conseguirlo. Beijing se convirtió en la primera ciudad en organizar Juegos de Verano y de Invierno, una hazaña logística en plena era pospandemia.
Milano Cortina 2026 – Nace un nuevo deporte olímpico
El ski mountaineering debutará con tres pruebas y promete imágenes espectaculares en un escenario tan alpino como histórico. Los Juegos se celebrarán del 6 al 22 de febrero de 2026, combinando sedes icónicas como Cortina d’Ampezzo, Bormio, Livigno y el Estadio San Siro para la ceremonia inaugural. La previsión de participación española estará centrada en snowboard, esquí alpino y posiblemente esquí de montaña.