Descubriendo la historia de sus bodegas subterráneas en una ruta que comprende 23 municipios y una mancomunidad en los que se enclavan más de 30 bodegas visitables.
TEXTO: PEDRO GRIFOL / FOTOS: LAURA CRAWFORD
La Ruta del Vino de Rueda, es el producto turístico castellanoleonés por excelencia. Conocido fundamentalmente por su vino, se extiende a lo largo y ancho del margen izquierdo del río Duero sobre paisajes dominados por bosques, campos de cereales y, naturalmente, sobresalientes viñedos. Comprende 23 municipios y una mancomunidad en los que se enclavan más de 30 bodegas visitables. Pero, en las rutas enológicas no se trata solamente de visitar bodegas y catar vino, ya que la mayoría de los municipios donde se ubican las bodegas poseen muchos lugares con un notable patrimonio histórico.
Aunque las modernas bodegas -las llamadas ‘de diseño’- se sitúan en las afueras de los núcleos urbanos, las más antiguas están bajo el subsuelo de sus viejos pueblos. Por toda la zona proliferan las localidades en las que el subsuelo está profusamente horadado desde hace siglos por cuevas y túneles generalmente construidos para protegerse del enemigo -porque siempre hay un enemigo contra el que luchar (o del que huir)-, y que, cuentan las crónicas, que también servían para comunicarse entre castillos, iglesias y conventos. Un mundo que merece la pena descubrir.
Estos pasadizos, muchos de ellos visitables, son ahora espléndidos espacios para la crianza de vinos.
Historias de la Historia
Antes de visitar algunas bodegas -y por aquello de que ‘el saber’ debería ocupar un lugar privilegiado en nuestra cultura-, lo primero es visitar, en la vallisoletana villa de Tordesillas (tordesillas.net), las llamadas Casas del Tratado.
Cuando en marzo de 1493, Cristóbal Colón llega a Castilla con la sorprendente noticia de que en el viaje oceánico realizado por poniente se habían descubierto otras tierras, de inmediato comenzaron las disputas por el control de los nuevos territorios entre las dos potencias marítimas de entonces: Castilla y Portugal. Tras no pocas intrigas y amenazas, se firma un acuerdo en unas casas junto al río Duero. Aquel episodio de la Historia se denominó el Tratado de Tordesillas.
La visita constituye un interesante viaje por los avatares que determinaron la configuración política y territorial de América. La firma del documento para repartirse el mundo entre Castilla y Portugal provocó el rechazo de las cortes europeas. Los pactos políticos habían comenzado con problemas… ¡cómo la vida misma!
En las casas-museo puedes hacer todas las fotos que quieras -además, es gratis-. También, al final del recorrido hay una exposición permanente de maquetas de monumentos emblemáticos de Castilla y León. Todo muy instructivo.
La otra visita ineludible, a la par que interesante lección de Historia, es el Monasterio de Santa Clara, uno de los conjuntos mudéjares, en su vertiente arquitectónica, más extraordinarios de Castilla; y más enrevesados, en su vertiente amatoria, de la historia de la realeza de este país.
“De Dios es el Imperio” reza una inscripción en la puerta principal. El mensaje parece un reconocimiento a la intervención divina -cristiana, naturalmente- en la batalla de El Salado (1340), con cuyo botín el rey Alfonso XI pagó la primera piedra de este palacio. Su hijo Pedro I -‘el cruel’ para algunos, o ‘el justiciero’ para otros-, hechizado por su amante María de Padilla lega en testamento que el palacio se transforme en monasterio donde la infanta Beatriz, la hija primogénita de Pedro y María, gobernaría hasta su muerte. Etc., etc.… ¡la historia interminable!
La visita concluye en los baños árabes, construidos seis siglos después, donde continuarían las cuitas conspiratorias… aunque, esta vez, bajo la sofisticación de la tutoría islámica.
El recorrido, para no perder detalle, es guiado, por turnos y de pago, y no se pueden hacer fotos. A veces, culturizarse también tiene precio y condiciones. Se trata de uno de los siete palacios al uso y servicio de la Familia Real que administra Patrimonio Nacional.
Tordesillas también fue el alojamiento (léase ‘cárcel’) de Juana I de Castilla, la reina que no reinó por causa de su capacidad mental (léase locura). Sobre la manipulada vida de Juana ‘la loca’ hay mucha literatura… pero eso daría para otra historia.
De vinos… por la ruta
A pocos pasos de la Plaza Mayor de Tordesillas, en la calle Santa María, se encuentra una peculiar bodega subterránea construida a trece metros de profundidad. Se trata de la Bodega Muelas (bodegamuelas.com). Una bodega con una gran historia. Cinco generaciones dedicadas a la crianza de vinos bajo tierra, donde se elaboran vinos blancos jóvenes, blancos sobre lías, tintos jóvenes y de crianza; y otras joyas como el Osluga Saca de Pascua, un blanco generoso de particular envejecimiento, pues se trata del legado que el tatarabuelo brindó a su familia en 1926, cuando comenzó a elaborar un vino precioso en honor a su nieto. Es un verdejo que se deja en contacto con sus antiguas madres, hasta que, con el paso del tiempo, está listo para formar parte de la tradición familiar, y del que en este 2023 se han ‘extraído’ solamente 70 botellas. Lo dicho: precioso.
Ponemos dirección al pueblo de La Seca (a 14 km. de Tordesillas) para visitar otra bodega excavada a 10 metros de profundidad sobre una casa solariega del siglo XVII. La bodega, que se llama Campo Eliseo (campoeliseo.es), es un proyecto François Lurton para la D.O. Rueda.
Basándose en la tradición de la zona, el prestigioso viticultor francés puso en práctica algunas innovadoras técnicas para la elaboración de vinos subterráneos en un perfecto equilibrio entre las condiciones enológicas que ofrecen estas cuevas y los métodos de fermentación y crianza en huevos de hormigón o de cerámica. Aunque François cuenta con decenas de aventuras enológicas en todo el mundo, su apuesta por la D.O. Rueda hace que este sea uno de sus proyectos más mimados. Además de la uva verdejo, trabaja otras variedades como la sauvignon blanc, con la que elabora Harmonía, un vino de alta gama merecedor del reconocimiento como el segundo mejor sauvignon blanc del mundo. También en La Seca se encuentra la Bodega Javier Sanz Viticultor (bodegajavierzsanz.com). Otra bodega familiar que cuenta también con la experiencia de cinco generaciones dedicadas a la viticultura. Cuentan con un criterio propio que fundamentan con la siguiente frase: “Nuestra filosofía se basa en la conservación de viñedos prefiloxéricos (de más de 150 años), con variedades de uva autóctonas, y en la recuperación de variedades casi extinguidas.»
Y con la visita a la magnífica capilla de la orden franciscana, denominada Orden Tercera, restaurada por Javier Sanz y habilitada para para acoger catas personalizadas y eventos, ponemos broche de oro a nuestra breve, pero intensa, ruta en coche por algunos lugares de la Ruta del Vino de Rueda ¡Salud!
GUÍA PRÁCTICA
DÓNDE DORMIR
Parador de Tordesillas (paradores.com). Un 4 estrellas de toda la vida. Con piscina al aire libre, piscina cubierta y bañera de hidromasaje. Otra opción interesante, para familias con niños y mascotas, es el camping El Astral, situado frente al Parador de Tordesillas, que cuenta con dos piscinas ¡y un espacio hasta para duchar al perro!
DÓNDE COMER
Lubina a la sal en El Sarmiento, en Serrada.
En Matapozuelos (A 23 km. de Tordesillas), La Botica es un restaurante de visita obligada para foodies de todas las edades. El chef, Miguel Ángel de la Cruz, galardonado con una estrella Michelin y dos soles Repsol exhibe una cocina de paisaje sutil, contemporánea y personal nutrida de ingredientes del entorno, como son los piñones y las varias hierbas que el mismo cultiva. Para no perderse algunos de sus postres, de entre los que destaca: ‘Mouse de piñón blanco con helado de piña verde’.
Claro que, si prefiere la cocina tradicional, uno de los sitios puede ser El Sarmiento en Serrada (a 16 km. de Tordesillas). Un clásico restaurante de cocina tradicional que centra su carta en carnes y pescados a la brasa de sarmiento; y donde (aunque no tiene mar) la lubina a sal es su especialidad.
MÁS INFORMACIÓN
Más información en la web oficial de la Ruta del Vino de Rueda.
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