SEPTIEMBRE OCTUBRE 2020

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cultura

En el centenario de su nacimiento, el legado humanístico del novelista, periodista, columnista y dibujante vallisoletano sigue más vivo que nunca.

TEXTO: JOSÉ MANUEL ANDRÉS

«Un pueblo sin literatura es un pueblo mudo», decía Miguel Delibes en una de las muchas citas célebres que el novelista, periodista, columnista y dibujante vallisoletano dejó para el recuerdo a lo largo de décadas de intensa trayectoria intelectual. Hoy, más de diez años después de su muerte y cuando se cumple el centenario de su nacimiento, el 17 de octubre de 1920, su profundo legado humanista sigue más vivo que nunca.

Hijo de la dura posguerra española, vivió como en primera persona el trauma de la Guerra Civil, pues tras concluir sus estudios de Bachillerato en el Colegio de Lourdes de Valladolid y pese a ser un joven de interior, en 1938 se enroló en la Armada del bando sublevado. Esta experiencia como marino dejaría una profunda huella en Delibes, pues pasó a lo largo de 20 meses por el velero ‘Galatea’ y por la conocida fragata ‘Canarias’, que formaba parte de la flota de bloqueo nacional, cuyo objetivo era impedir la llegada de suministros a la España republicana a través del Mediterráneo.

Fruto de esta intensa vivencia, muchos años después vería la luz su obra ‘Madera de héroe’ (1987), con claros tintes autobiográficos. Delibes llegó al final de la contienda sano y salvo y fue reconocido con las medallas de la Campaña y de la Cruz Roja en el primer aniversario del alzamiento del 18 de julio tras la conclusión de la Guerra Civil, en abril de 1939. Finalmente se licenció y tuvo la posibilidad de continuar con su carrera como marino en la Escuela Naval, pero eligió su propio camino y España ganó para siempre una figura literaria imprescindible en el siglo XX.

Miguel Delibes centenario 1

Miguel Delibes, con su mujer

De regreso a su querida tierra castellana, tan fundamental en toda su obra, ingresó en la Escuela de Comercio de Valladolid, estudios que unió a los de Derecho tiempo después. Intelectual inquieto, comenzó a acudir también a la Escuela de Artes y Oficios de su ciudad natal, a la vez que inició su longeva vinculación al periódico El Norte de Castilla como dibujante y caricaturista. Allí ejerció también como crítico cinematográfico, en una época en la que se casó con la mujer de su vida, Ángeles de Castro.

Son los años en los que comenzó su carrera literaria como tal, que despegaría definitivamente tras la publicación en 1948 de su primera novela, ´La sombra del ciprés es alargada’, reconocida con el Premio Nadal. La obra tiene un profundo carácter existencialista, entre el pesimismo vital y la esperanza. Ya en 1950 ve la luz ‘El camino’, otro de sus títulos de referencia. En ella se encuentran rasgos característicos de su producción literaria y por tanto de su pensamiento, como el contexto de la pequeña aldea castellana, el amor por lo rural, la fauna autóctona y la caza, una de las grandes pasiones del escritor. El amor, la amistad, el entorno natural, la muerte y también la crítica implícita a la hipocresía de las costumbres son otros de los pilares de la novela.

La década de los cincuenta supuso para un treintañero Delibes la consolidación de su prestigio profesional. En 1955 logra otro de los galardones de referencia en España, el Premio Nacional de Narrativa, por ‘Diario de un cazador’. Ya en 1958, será nombrado director de su inseparable diario El Norte de Castilla, en el que oficialmente venía desempeñando las funciones de subdirector desde unos años antes, aunque su labor real fuese de mayor autoridad.

Una Castilla ancestral
Los años sesenta suponen el auge definitivo del Delibes literato, que gana en 1963 el Premio de la Crítica de narrativa castellana, un galardón otorgado hasta ese momento a nombres de la talla de Camilo José Cela, Rafael Sánchez Ferlosio o Ana María Matute, por ‘Las ratas’, una novela donde se centra ya totalmente en esa Castilla rural del franquismo, tan lejos de cualquier entorno urbano, tan ancestral y también tan pura en su espíritu. Allí muestra las miserias de una existencia sometida a la pobreza extrema y a la explotación física y psicológica por parte de los dueños de la tierra.
Pese a su incuestionable éxito, a lo largo de esta década el prestigioso escritor se topó en varias ocasiones con la censura franquista y sus desencuentros con Manuel Fraga, por entonces ministro de Información y Turismo, fueron constantes. La situación llegó a tal punto de tensión, con la detención incluida del colaborador de El Norte de Castilla César Alonso de los Ríos en 1962 por su militancia en el antifranquista Frente de Liberación Popular, que finalmente Delibes renunció en abril de 1966 a su sueño de dirigir el periódico de su ciudad, al que pese a todo siguió vinculado desde el consejo de administración.

Miguel Delibes centenario 3

Miguel Delibes, en tierras de Castilla

Escritor incansable, de producción inabarcable, tras una experiencia de varios meses como profesor en la Universidad de Maryland, en Estados Unidos, volvió a publicar en 1966 con ‘Cinco horas con Mario’, en la que a través del monólogo de una mujer de clase alta y conservadora ante el cadáver de su marido, un intelectual comprometido con varias causas, muestra los prejuicios de la España de provincias de la época, así como los problemas de la insatisfacción en el matrimonio.
Crítico con un progreso que se estaba llevando por delante un estilo de vida, Delibes fue reconocido en 1973 como miembro de la Real Academia Española (RAE) y titular de la silla ‘E’. Quién mejor para limpiar, fijar y dar esplendor a su querido castellano. Sin embargo, un año después perdería prematuramente a su esposa, un mazazo que condicionaría sobremanera su obra posterior, más oscura e impregnada por el halo de tristeza propio del duelo.

Un escritor de película
La escritura fue el refugio una vez más ante el dolor y en 1981 se publicó ‘Los santos inocentes’, otro desgarrador reflejo de la miseria en la España rural, en este caso de Extremadura y de una familia de campesinos sometida de forma inmisericorde por el cacique de la zona. Como muchas otras obras de Delibes, la novela fue trasladada a la gran pantalla por Mario Camus en 1984, con las magníficas interpretaciones de Francisco Rabal y Alfredo Landa, reconocidas en el Festival de Cannes. Y es que la relación del literato vallisoletano y el cine fue moneda común, pues ya en 1963 Ana Mariscal había estrenado ‘El camino’, basada en la novela homónima. También llegaron al celuloide las mencionadas ‘La sombra del ciprés es alargada’ y ‘Las ratas’, además de otros títulos como ‘Mi idolatrado hijo Sisí’ (1953), ‘El príncipe destronado’ (1973), ‘El disputado voto del Señor Cayo’ (1978), ‘El tesoro’ (1985) y ‘Diario de un jubilado’ (1995).

Miguel Delibes centenario 2

Miguel Delibes, con Paco Umbral y Manu Leguineche.

Los reconocimientos a uno de los más grandes de la literatura española del siglo XX no cesaron a lo largo de la década de los ochenta y noventa, con la segunda edición del Príncipe de Asturias de las Letras en 1982 junto a Gonzalo Torrente Ballester, el Premio de las Letras de la Junta de Castilla y León en 1984, el Premio Nacional de las Letras en 1991, el Premio Cervantes en 1993 o un segundo Premio Nacional de Narrativa en 1999, 44 años después del primero, por ‘El hereje’, su última novela y un homenaje a la ciudad que vio nacer al genio, Valladolid, en la época de Carlos I.
Ya con 80 años y una salud muy delicada a raíz del cáncer de colon que padecía desde 1998, Delibes redujo drásticamente una capacidad de escritura vertiginosa durante tantos y tantos años. Falleció en marzo de 2010 en su querida ciudad, a los 89 años y habiendo dejado una monumental obra a través de una veintena de novelas, varios relatos breves, libros de temáticas particulares como los viajes o la caza e innumerables artículos y ensayos. El legado de alguien que comprendió como pocos el alma de esa Castilla eterna y ancestral que pese a su inquietud, sigue manteniendo parte de su esencia en pleno siglo XXI.